1801 ¿Nace en Moxos el primer gobierno indígena del Alto Perú? el legado oculto de Juan Maraza revelado
Por Valentín Roca Guarachi Director distrital de Educación

La rica historia de Moxos, celosamente guardada en archivos y rescatada por eruditos como Gabriel René Moreno, Ruber Carvalho Urey y José Luis Roca, nos revela un panorama fascinante de los albores del siglo XIX. Más allá del conocido levantamiento de 1810-1811 liderado por Pedro Ignacio Muiba, emergió un evento trascendental, ocurrido casi una década antes, que podría marcar un hito en la historia del Alto Perú: la constitución del primer gobierno indígena en Moxos en 1801, con San Pedro como su capital.
Hasta la llegada del gobernador Miguel Zamora y Triviño (1792-1802), Moxos, al igual que Chiquitos, gozaba de una administración independiente, ligada a la Real Audiencia de Charcas. En este contexto la nación Canichana, se erigía como una de las más influyentes, una razón clave para que los jesuitas eligieran su principal asentamiento, San Pedro, como capital de sus misiones. Su ubicación estratégica a orillas del caudaloso río Mamoré, su conexión fluvial con otras misiones y su acceso a rutas para el transporte de metales preciosos consolidaron su importancia. La reputación de los guerreros Canichanas, forjada en la defensa del territorio contra incursiones portuguesas, añadió un elemento de poderío a su posición. Incluso tras la expulsión de los jesuitas, se les habría concedido el privilegio de mantener una fuerza armada propia.
En este escenario, la figura del cacique Canichana Juan Maraza, ya gozaba de un profundo respeto y liderazgo entre su pueblo. Su autoridad se convirtió en un factor crucial de cohesión social tras el vacío de poder dejado por la Compañía de Jesús. Sin embargo, la llegada del gobernador Zamora marcó un período de creciente opresión. Los abusos de poder, las denuncias de crueldad hacia los indígenas e incluso el comercio ilícito con los portugueses colmaron la paciencia de Maraza.
La respuesta del cacique fue contundente. En 1801, Juan Maraza, lideró a su pueblo en un acto de desafío sin precedentes, lo que hoy se llamaría la revuelta del Pueblo Canicha en San Pedro junto a Tomas Noe Cacique de San Javier expulsarían de Moxos, al Gobernador Zamora y Triviño, demostrando la autoridad que su comunidad le había conferido. Este levantamiento no solo logró la expulsión del gobernador abusivo, sino que, según el relato histórico de Zoilo Paz en su libro Resumen Cronológico de la Historia de Moxos, Juan Maraza, instauro en San Pedro capital de Moxos un Gobierno Indígena el primero de este tipo en el Alto Perú,
Con la destitución de Zamora por la Audiencia de Charcas y la posterior llegada del gobernador Pedro Pablo de Urquijo en 1805, la situación en Moxos había experimentado un cambio significativo. Urquijo se encontró con un territorio donde la figura de Juan Maraza era central. El cacique había restablecido una estructura de gobierno indígena donde él, con el título de Corregidor, ejercía mando sobre todos los indios. Bajo su autoridad se encontraban el Regidor y sus suplentes (Teniente y Alférez), mientras que los pueblos eran administrados por Alcaldes con funciones policiales. La justicia se impartía según las costumbres ancestrales por jueces indígenas. Este conjunto de líderes y magistrados conformaba un Cabildo indígena que controlaba la vida y el trabajo en Moxos.
Este restablecimiento del autogobierno en 1801, con San Pedro, como su epicentro y capital, representa un momento crucial en la historia del Alto Perú. Precede en casi una década al Primer Grito Libertario de Moxos en 1810 y se erige como un ejemplo temprano de la capacidad de organización y la voluntad de autogobierno de los pueblos indígenas de la región.
El reconocimiento tácito de la autoridad de Maraza por parte del gobernador Urquijo, quien incluso solicitó a la Audiencia de Charcas su nombramiento oficial como Cacique, subraya la influencia y el poder que había alcanzado el líder Canichana. Aunque este reconocimiento generó descontento entre otros caciques, no desmerece la trascendencia del primer gobierno indígena constituido en Moxos en 1801.
Este capítulo de la historia moxeña, rescatado del olvido, nos invita a reconsiderar la narrativa tradicional de la independencia y a reconocer el papel protagónico que los pueblos originarios, liderados por figuras como Juan Maraza, que desempeñaron un papel trascendental en la búsqueda de autonomía y justicia en el Alto Perú. La instauración de un gobierno indígena en San Pedro en 1801 no solo desafió el orden colonial existente, sino que también sentó un precedente de autogestión que resonaría en los posteriores movimientos libertarios de la región.
El D. S. 5328 de 5 de febrero 2025, considero reconocer el 22 de abril en el departamento del Beni, la revuelta del pueblo Canichana en San Pedro de Moxos, mismo que sería uno de los moviminetos libertarios de la región anterior al Primer Grito Libertario de Moxos de 1809 y a la firma del acta de independencia de Bolivia suscrito el 6 de agosto de 1825, en la Casa de la Libertad de la Ciudad de Sucre; firma del acta de independencia que sería el resultado de una larga lucha en contra del dominio español y que es menester mantener viva en la memoria de los bolivianos principalmente en nuestra niñez y juventud reconociendo explícitamente la participación y el sacrificio de los pueblos indígenas en la lucha por la independencia de Bolivia. Tradicionalmente, la narrativa histórica se había centrado en las figuras criollas, dejando en un segundo plano el rol fundamental de los indígenas. Este decreto busca corregir esa omisión y brindar visibilidad a estas luchas locales. que a menudo ha invisibilizado o minimizado el papel de los pueblos indígenas. Su reconocimiento ayuda a reconstruir una narrativa más inclusiva y precisa del pasado.
Estas reivindicaciones de la participación indígena en la historia boliviana desafían la visión tradicional de la historia,
En el corazón nuestro, reside la memoria de los indígenas que nos legaron una BOLIVIA LIBRE E INDEPENDIENTE. A ellos, con profundo respeto, rendimos HONOR Y GLORIA por ser el origen de nuestra patria.