Aborto: Doble moral y olvido histórico II la medicina en el antiguo oriente medio
Por: Rosario Aquím Chávez
El aborto, no es un invento de una sociedad moderna decadente, es una constante en las diversas culturas. Las mujeres, desde tiempos remotos, han acudido al aborto ante embarazos no deseados. El aborto, era algo que pertenecía a la vida cotidiana, por ello, existían mujeres conocidas como curanderas, parteras, abortadoras o brujas que sabían los secretos de esta práctica. Sin embargo, las prácticas de aborto se vieron afectadas y tergiversadas, a partir del siglo IV d.C. por la influencia del cristianismo. Gracias a esta tergiversación, la mujer perdió autonomía sobre su propio cuerpo, merced a la imposición de los “usos y costumbres culturales", quedando sometida al androcentrismo, al machismo y a los fundamentalismos religiosos. Aún así, continúa trasgrediendo normas y leyes. Continua llevando a cabo la interrupción de embarazos NO deseados, con riesgo de ser denunciada, denigrada, encarcelada e incluso de morir a manos de practicantes irresponsables. [1]
¿Por qué condenar a las mujeres a correr estos riesgos, si la historia nos demuestra que esta problemática no era una preocupación ajena en el quehacer de nuestros antepasados? Testimonios de estas preocupaciones, los podemos encontrar en los registros escritos de las legislaciones y, en el desarrollo de la medicina, en diferentes culturas del Antiguo Oriente Medio.
Los sumerios y los acadios, por ejemplo, inventores de la escritura y constructores de la ciudad de Babilonia, que vivieron al sur de los ríos Éufrates y Tigris, en Mesopotamia en el año 3500 a.C. fueron los primero en redactar un cuerpo de leyes para regular la administración y la práctica médica, sobre todo la cirugía. Esto ocurrió durante el reinado del rey Hamurabi (2123-2081 a.C.), de ahí que, se conozca a estas leyes con el nombre de Código de Hamurabi. Estas leyes médicas se refieren a diversas prácticas de cirugía y establecen los honorarios que deben cobrarse según el nivel social y económico del paciente, y según el resultado de la misma. Por otro lado, contempla algunos pasajes relacionados con el niño nacido prematuramente, y estipula penas por ello.
El Código Hammurabi dice:
- § 209 “Si un hombre golpea a la hija de un hombre y le causa un aborto, pagará diez siclos de plata por su aborto”.
- § 210 “Si la mujer muere, su hija morirá”.
- § 211 “Si, por un golpe, causa un aborto a la hija de un liberto, pagará cinco siclos de plata”.
- § 212 “Si la mujer muere, pagará la mitad de un mana de plata”.
- § 213 “Si golpea a la esclava de un hombre y le causa un aborto, pagará dos siclos de plata”.
- § 214 “Si esta mujer muere, pagará un tercio de un mana de plata”.
Sin embargo, la mayor parte del conocimiento que se tiene actualmente, sobre la medicina en Babilonia y en Asiria se deriva de las 30 000 tabletas de arcilla descubiertas en las ruinas de la Biblioteca de Asurbanipal (669-626), en Nínive. Se calcula que la a antigüedad de los textos que los escribas del rey Asurbanipal copiaron para su biblioteca, se remonta al año 2000 a.C. De las 30 000 tabletas examinadas, cerca de 800 están relacionadas con la medicina, aunque también puede apreciarse textos de exorcismos, encantamientos y plegarias, que con frecuencia eran usados con fines terapéuticos. En relación al aborto, las Antiguas Leyes Asirias dicen:
- § 49 “Si un hombre golpea a una mujer casada con un embarazo no muy avanzado y así le hace abortar, él expiará por este crimen pagando dos talentos de metal”.
- § 50 “Si un hombre golpea a una ramera y le hace abortar, recibirá golpe por golpe y hará plena restitución por la vida humana”.
La medicina asiria era mágico-religiosa, la forma de enfermedad más conocida era la posesión, es decir, el ingreso al organismo de un espíritu maligno que causaba el daño. Así, por ejemplo:
- el espíritu maligno Adad, causaba dolor en el cuello;
- Ishtar, era el responsable del dolor en el pecho;
- Alu, era el encargado de afectar las regiones temporales;
- Utukku, era el causante de la agresividad;
- Gallu producía alteraciones en las manos;
- Rabisu en la piel;
- Labartu en el aparato genital femenino;
- Nantar, el mensajero de Allatu, la reina del mundo nocturno, era capaz de causar 60 enfermedades diferentes;
- Ura, otra habitante del mundo nocturno, era la diosa de la pestilencia, etc.
Para poder liberar a los enfermos de estos demonios era necesario practicar exorcismos, purificaciones, sacrificios y penitencias. El médico o asu era una mezcla de sacerdote y médico (aunque los jueces y los abogados también eran sacerdotes). Estos asu desarrollaron una serie de medidas terapéuticas de aplicación local que ayudaban a extirpar al demonio por medio de plantas, lodo, vendajes, ungüentos y emplastos dotados de poderes mágicos. Una parte importante de la terapéutica del asu era el colocar cerca del enfermo estatuillas de monstruos en actitudes amenazantes, con objeto de que, al verlas, el demonio responsable del padecimiento se asustara y huyera.
Los asu, pronosticaban las enfermedades a través de la adivinación, lo que se hacía inspeccionando el hígado de un animal sacrificado con ese propósito. El hígado, al ser el órgano que contenía más sangre, era asociado con la vida, por lo que se lo consideraba el sitio del alma. La adivinación también se realizaba, a través de la observación en ovejas, y no solo en casos de enfermedad, sino también antes de emprender un negocio, un matrimonio, una guerra, o cualquier otra empresa peligrosa. Se practicaba la adivinación también, por medio de la astrología: se observaban los movimientos del Sol, de la Luna y de los planetas, considerados dioses que precedían los acontecimientos en la Tierra. Los astrónomos babilónicos tuvieron gran influencia no sólo en el pensamiento médico de Egipto, de Grecia y de Roma, sino en la medicina de toda la Edad Media.
Es importante destacar, por otro lado, la cultura de los hititas, cuyo origen se remonta a una serie de tribus de habla indoeuropea que emigraron desde Europa a Anatolia, mezclándose con, o conquistando a las civilizaciones locales, hasta formar una cultura común. Es posible que el origen de los elementos indoeuropeos esté relacionado con la cultura de Kurgan (del ruso Kourga, que describe las tumbas de la élite de esta cultura), civilización del V milenio a. C., que con toda probabilidad hablaba una lengua próxima al indoeuropeo original, y se extendía por las llanuras entre el Dnieper y el Volga.
El Código de los Hititas reconoce que:
- § 17 “Si alguno hace a una mujer libre abortar, si es en el noveno mes, dará diez mitades de siclo de plata, si es en el quinto mes, dará cinco mitades de siclo de plata”.
- § 18 “Si alguno causa a una mujer esclava abortar, si es en el noveno mes, dará cinco mitades de siclo de plata”.
Finalmente,
es importante mencionar
la
capacidad de los médicos egipcios. En la Odisea, Homero (ca. 1100
a.C
.) escribe que: "En Egipto
los hombres son más hábiles en medicina que ningunos otros." Herodoto (ca.
484-425 a.C
.) cuenta que los reyes
persas Ciro y Darío sólo tenían médicos egipcios, y también dice que la
medicina egipcia estaba muy especializada, al grado que había médicos que sólo
estudiaban y trataban una enfermedad. Como en otras culturas antiguas, en
Egipto prevalecía la medicina mágico-religiosa, en la que el sacerdote
es el médico y todo el panteón de dioses el causante de las enfermedades, desde
Ra, el dios-Sol, pasando por Osiris, el dios del Nilo, Isis, su esposa y
hermana, madre de otros dioses, Ptah, el Gran Arquitecto, quien también era el
dios de la Salud, y muchos más. Los egipcios creían en la inmortalidad del
alma y en la resurrección del cuerpo, lo que probablemente
contribuyó a la práctica de la momificación, que data de la Segunda Dinastía (ca.
3000 a.C
.).
En la medicina egipcia destaca Imhotep, visir del rey Zoser (III Dinastía, ca. 2980 a.C.), arquitecto, astrónomo, mago, sacerdote y médico. Un siglo después de su muerte (ca. 2850 a.C.) se le consideraba como un semidiós, y en el año 525 a.C. ya era un dios, hijo de Ptah (aunque se sabía que había sido hijo del arquitecto Kanofer). Posteriormente se transformó en el dios de la Medicina y durante el periodo helénico era la principal deidad adorada en Menfis, al lado de Ptah. Los enfermos acudían a sus templos, en donde se celebraban distintos ritos, y muchos dormían ahí; en sus sueños se les aparecía el dios Imhotep y les indicaba el tratamiento apropiado. Los griegos lo identificaron con Asclepiades y adoptaron varias de sus tradiciones.
Mucho de lo que se sabe respecto a la medicina egipcia se debe a la existencia de varios papiros antiguos:
- el papiro de Edwin Smith, que se ocupa principalmente de cirugía;
- el de Ebers, que es una recopilación de textos médicos;
- el de Kahun, que se refiere a ginecología;
- el de Hearst, que es un formulario médico práctico;
- el de Londres, que contiene numerosos encantamientos, etc.
El papiro de Ebers, por ejemplo, se mencionan tres tipos de doctores: médicos, cirujanos y hechiceros o exorcistas, y se dan los tres tipos de tratamientos, que son remedios, operaciones y encantamientos. Además, contiene varias recetas para “detener” el embarazo. Una de ellas incluía la fruta inmadura de la Acacia y la miel. En el papiro de Kahun se da una receta para un preparado contraceptivo: un supositorio vaginal preparado con heces de cocodrilo, miel y carbonato de sodio.
En algunos pueblos antiguos como India, Asiría, China, Persia el aborto no era considerado como delito. En Egipto y en la India, acordaban derecho patriarcal absoluto, entonces los padres podían vender o matar a sus hijos, aun antes de nacer. En la literatura Veda de la India el aborto se condenaba, si era provocado por la madre o con su consentimiento para que otra persona interrumpiera su embarazo. En el pensamiento budista, según los textos Vinayas el aborto provocado se veía como una forma reprobable que causaba a otra persona la muerte.
En Egipto se permitía el aborto pero se castigaba severamente el infanticidio. El Ritual funerario, uno de los libros sagrados del Egipto, incluye entre una de sus prohibiciones el procurar el aborto. Conocían métodos contraceptivos ó abortivos, descritos simplemente como "abandono del estado de embarazo" descritos en los papiros ya mencionados de Kahun, Ebers, Berlín, Carlsberg y Ramesseum. Consistían en lavados de varios tipos, como el realizado con aceite muy caliente. Sin embargo, el provocar un aborto era muy castigado jurídicamente, aunque se lo justificase en algunos casos. En los casos de nacimiento con malformaciones físicas o con alguna enfermedad crónica no se recurría al infanticidio y los niños eran aceptados y considerados que habían sido tocados por la gracia divina e incluidos en la sociedad con un gran respeto.