Aprender a crecer sano
Escrito Por: Cristian Chipana Porco / Carlos Alejandro Soliz Gualusna
En los últimos años se ha notado que muchas personas han dejado de consumir alimentos saludables. Por la falta de tiempo y la comodidad, se recurre a productos procesados y listos para comer. Aunque esto facilita las comidas, estos alimentos no siempre aportan los nutrientes necesarios, especialmente en niños/as y jóvenes que están en pleno desarrollo y aprendizaje. Esta situación también se refleja en el ámbito educativo. Muchos estudiantes presentan bajo rendimiento académico, se distraen con facilidad o se cansan rápido, porque la alimentación influye directamente en la atención, la energía y el estado de ánimo. Una buena alimentación no solo ayuda al cuerpo, sino también a la mente y al aprendizaje.
En la provincia de San Ignacio de Mojos, la Unidad Educativa Nuestra Señora de Fátima ha decidido actuar. La directora y los docentes no solo dan charlas sobre alimentación saludable, sino que fomentan la práctica mediante un huerto escolar de hortalizas y verduras. En este espacio, los estudiantes aprenden a sembrar, cuidar y cosechar sus propios alimentos. Además, el huerto enseña valores como la responsabilidad, el trabajo en equipo y el respeto por la naturaleza. También fortalece los vínculos con la familia y la comunidad, ya que los padres participan y apoyan la iniciativa. Así, la alimentación saludable deja de ser un tema de clase para convertirse en un estilo de vida compartido.
La experiencia de la Unidad Educativa demuestra que la educación puede ir más allá de los libros. Enseñar hábitos saludables forma no solo a buenos estudiantes, sino también a personas conscientes y responsables con su salud y su entorno. En definitiva, sembrar en la tierra es sembrar en la mente y en el corazón de los estudiantes. Este proyecto muestra cómo la escuela, con la colaboración de la comunidad, puede transformar la educación en una herramienta para mejorar la calidad de vida.