¿Cómo afecta la restringida democracia y la representatividad en los colegios de economistas al desarrollo de políticas económicas efectivas en Bolivia?
Autor: Dr. Alfredo Eduardo Mancilla Heredia, Ph. D Doctor en Economía

La democracia en los colegios de economistas en Bolivia debería ser un
pilar fundamental para el crecimiento institucional, la generación de
conocimiento y el fortalecimiento de la profesión. Sin embargo, en el caso del
Colegio Departamental de Economistas de Cochabamba (CDEC), se observa un
preocupante deterioro de los valores democráticos, reflejado en un círculo
vicioso de control del poder, la falta de beneficios tangibles para sus
afiliados y una evidente desconexión con la realidad económica del país. Este
artículo busca reflexionar sobre las deficiencias estructurales de la
organización, su impacto en la profesión y la urgencia de una reforma que
fortalezca su papel en el desarrollo económico del país. La comparación con el
Colegio Nacional de Economistas de Bolivia (CONEB) y el Colegio Departamental
de Economistas de Santa Cruz a la cabeza de la Mgr. Claudia Pacheco y el Mgr.
Jorge Akamine presidente de la esfera nacional, permitirán evidenciar modelos
más dinámicos y efectivos para la gestión colegiada.
El problema de la
gobernanza y la pérdida de afiliados
El CDEC ha experimentado una disminución notable en el número de
afiliados activos y un incremento en las desafiliaciones. La razón principal
radica en la ausencia de incentivos reales para los miembros, quienes no
perciben beneficios asociados a la capacitación, investigación, consultoría
social y bolsa de trabajo. En lugar de funcionar como un espacio de debate
académico y profesional, el CDEC ha degenerado en una estructura donde la toma
de decisiones está restringida a un pequeño grupo de directivos que perpetúan
su control sin fomentar la participación abierta y efectiva de la masa de
afiliados, recordando que la mayoría se encuentran en la categoría de inactivos
y restringidos en sus derechos de participación democrática.
Esta crisis de representatividad se agrava con la escasez de recursos,
lo que impide la generación de iniciativas para el fortalecimiento de la
institución. Además, el Colegio es manejado discrecionalmente y utilizado como
plataforma para la proyección personal de algunos miembros del directorio,
quienes lo aprovechan para ocupar otros espacios y gestar negociaciones que,
lejos de responder a principios éticos, comprometen la sostenibilidad del
Colegio a largo plazo.
Apatía de los afiliados y
legitimidad de los procesos electorales
Otro factor que profundiza la crisis del CDEC es la apatía de sus pocos
afiliados, quienes muestran un escaso interés en participar en las decisiones
institucionales y en los procesos electorales. Esta baja participación no solo
pone en duda la legitimidad de las elecciones, sino que permite que el control
del Colegio se mantenga en manos de los mismos grupos de poder sin
cuestionamientos ni renovación.
Asimismo, las irregularidades en el proceso de votación contribuyen a la
falta de credibilidad de la institución. La reducción del horario de votación
de 8 a solo 4 horas continuas limita la posibilidad de que los afiliados
ejerzan su derecho al voto, restringiendo aún más la participación democrática.
Esto genera un círculo vicioso en el que la baja participación fortalece el
statu quo y dificulta cualquier intento de reforma estructural.
Ausencia de incidencia en
el debate económico y político
En un contexto donde Bolivia enfrenta un prolongado proceso de
estanflación, el rol de los colegios de economistas debería ser fundamental
para analizar, debatir y proponer soluciones a los problemas económicos
estructurales del país. No obstante, el CDEC ha estado ausente en estos debates
clave, fallando en generar reuniones, foros y espacios de análisis sobre el
modelo económico, políticas fiscales y monetarias, planes de desarrollo o
estrategias para mitigar la crisis o definitivamente plantear otro modelo en el
marco de la coherencia, congruencia y correspondencia.
A diferencia del CDEC, el CONEB y el Colegio de Economistas de Santa
Cruz han promovido foros de discusión, publicaciones académicas y colaboración
con entidades gubernamentales y privadas para incidir en la toma de decisiones
económicas. En Santa Cruz, por ejemplo, se han desarrollado programas de
formación continua y alianzas estratégicas que han permitido a los economistas
mantenerse actualizados y aportar de manera efectiva al desarrollo regional,
referenciando complementariamente las relaciones internacionales que tienen
nuestras instituciones modelo.
La falta de una ley de
regulación y su impacto en los ingresos
Uno de los problemas estructurales que afecta a los colegios de
economistas en Bolivia es la ausencia de una ley que regule el ejercicio de la
profesión, estableciendo mecanismos de colegiatura obligatoria y garantizando
mayores ingresos institucionales. Sin un marco legal que respalde la
obligatoriedad de la afiliación y defina criterios claros para el ejercicio
profesional, los colegios departamentales dependen únicamente de las cuotas
voluntarias de sus miembros, lo que limita severamente su capacidad operativa y
su sostenibilidad financiera.
Esta ausencia de regulación se ve agravada por la dejadez de muchos
directivos, quienes no han impulsado iniciativas para fortalecer la institución
mediante alianzas estratégicas, proyectos de financiamiento o el desarrollo de
servicios que generen valor para los economistas. Como resultado, la profesión
carece de una estructura organizativa sólida que pueda defender sus intereses y
promover mejores condiciones laborales y académicas para sus afiliados.
La necesidad de una reforma
institucional
Para que el CDEC pueda recuperar su relevancia y credibilidad, es
imprescindible una reforma profunda que garantice:
Democracia interna real: Implementación de
elecciones transparentes y participativas, con acceso equitativo a la
candidatura para todos los miembros.
Beneficios tangibles para los afiliados: Creación
de programas de becas, capacitaciones, y oportunidades de consultoría para los
economistas inscritos.
Apertura al debate económico:
Organización de foros, congresos y mesas de trabajo donde se analicen las
problemáticas económicas y se propongan soluciones viables.
Gestión sostenible y ética: Garantizar que la
administración de la institución se base en principios de equidad y
sostenibilidad a largo plazo, evitando su uso discrecional con fines personales
o políticos.
Promoción de una ley para la profesión: Impulso
de normativas que regulen el ejercicio profesional del economista en la era de
la inteligencia artificial, generando mayores oportunidades de empleo y
fortalecimiento institucional.
Mayor participación y legitimidad electoral:
Ampliación del horario de votación y estrategias para incentivar la
participación de los afiliados en los procesos democráticos del Colegio,
gestando la incorporación de los afiliados inactivos a través de un “perdonazo”
que mejore la captación de recursos con trabajo real del tribunal de ética para
garantizar la legitimidad coligada al liderazgo de la especialidad profesional.
El Colegio Departamental de Economistas de Cochabamba, para
reposicionarse en la categoría de entidad con representatividad funcional para
sus afiliados, tiene la obligación de considerar los argumentos que son parte
de la crítica constructiva gestada y con base al modelo de gestión enmarcada en
la perfectibilidad que tienen los colegios de economistas visionarios y el
CONEB.
Al mismo tiempo, la ausencia de una ley que regule la profesión y la
limitada visión estratégica por parte de algunos directivos han dejado a los
economistas en una situación de precariedad institucional y laboral. La crisis
económica que atraviesa Bolivia requiere la participación activa de los
economistas en la formulación de estrategias y soluciones. Para ello, es
indispensable que el CDEC y los colegios en situación similar, recuperen su
esencia democrática, revaloricen el papel de sus afiliados y se involucren en
el debate económico nacional. Solo así podrán volver a ser instituciones que
dignifiquen la profesión contribuyendo al desarrollo del país.