Desde que asumí mi cargo como jefe de Prensa e Informaciones de La Palabra del Beni, en enero de este año, comprendí la importancia de lo que este medio representa para la región pese a lo embates y tormentas que ha tenido que soportar por los resabios de una anterior mala administración que casi dejó a este medio en quiebra y los ataques de ámbitos de poder locales que mellan el prestigio del Decano de la Prensa Beniana sólo porque no está alienado con sus intereses políticos y particulares.

Mi compromiso con la actual gerencia y administración de este medio, que resiste a esos ataques de forma estoica, es simplemente hacer mi trabajo sustentado sobre más de 30 años de trayectoria en varios medios de comunicación de prestigio a nivel nacional.

La bendición de Dios y la familia me trajeron a esta bella tierra y la única condición que puse, para aceptar este honor, es que respeten mi independencia y profesionalidad para presentar ante los lectores e internautas un producto informativo prolijo, equilibrado y veraz.

Como en muchos aspectos, en cada hecho, un periodista se confronta ante dos posibles verdades y su reto es no tomar parte de ninguna de ellas sino confrontarlas para que en base a una mayor aproximación a lo real pueda informar con veracidad, concepto que refleja una aproximación plena y auténtica.

Lamento que desde varios ámbitos de esta ciudad a través de las redes sociales corra el rumor de que La Palabra del Beni pertenece a un político o autoridad en cuestión, cosa más falsa porque soy testigo de cómo día a día, pese a la crisis económica que lo embarga, este periódico vive de anuncios y alguna que otra publicidad de empresas que poco a poco están volviendo a confiar en la nueva administración.

Veo también con preocupación cómo las autoridades locales libran una batalla de desprestigio mutuo en todos los niveles y que en lugar de hacer gestión que beneficie tanto a la ciudad como al departamento, al verse reflejados por nuestro medio, se dedican a amedrentar con acciones injustificadas y que no tienen ningún tipo de asidero.

Mi equipo de prensa (esta vez conformado por profesionales jóvenes de muy buena proyección) está consciente de las falencias que tiene nuestra capital y cada municipio del Beni. Está vigilante a los esfuerzos que se hacen para superarlas y las trabas internas y externas que complotan contra ese propósito para denunciarlas sin tapujos. 

Somos aliados del esfuerzo de nuestros sectores productivos y empresariales y, también críticos a cualquier acción de ámbitos de poder, cuyas estructuras están corroídas por la corrupción y negligencia pretendiendo socavar esos esfuerzos de quienes confían en las potencialidades de esta región al no brindarles condiciones adecuadas como caminos, carreteras, puentes y accesos a servicios básicos.

Como periodistas no toleramos ninguna acción de violencia y menos de injusticia contra los sectores más vulnerables como mujeres y niños. Estamos abiertos a recibir cualquier denuncia de quienes se sienten amenazados por estructuras corrompidas.  

Por último, este equipo de prensa se compromete a promover siempre los valores históricos y culturales que enriquecen al Beni, rico en biodiversidad y con grandes potencialidades en sus recursos humanos.

Gracias por la confianza, La Palabra del Beni es una institución comunicacional que no se extinguirá porque es parte del espíritu de una región que ya no es el futuro sino el presente de Bolivia.