Consecuencia de eliminar la subvención de los hidrocarburos
Autor: Ph.D. Alfredo Mancilla
El subsidio a los hidrocarburos ha permitido a los consumidores pagar precios por debajo de los niveles de mercado internacional, creando una dependencia estructural en la población y el naciente sector empresarial, remarcando que los subsidios han reducido la inflación, protegiendo a los sectores más vulnerables; pero, perdiendo la sociedad, la misión de la función trabajo, repercutiendo lo argumentado en la crisis de oferta.
En la interpretación mediática, la eliminación de los subsidios podría aumentar los costos de vida, afectando a los trabajadores informales que ya enfrentan desafíos significativos para mantener sus ingresos. El aumento de los costos de transporte y de bienes básicos podría agravar la vulnerabilidad de este sector. También, el incremento en los costos de transporte y producción de alimentos podría acrecentar los precios de los productos básicos, limitando el acceso a alimentos nutritivos con incremento de los niveles de desnutrición, calidad y esperanza de vida en las poblaciones de bajos ingresos.
Dejar de lado el subsidio a los hidrocarburos generaría profundas consecuencias económicas y sociales, especialmente por la disminución de las reservas internacionales netas, aspecto que nos permite reflexionar las posibles consecuencias negativas y sus complementos de reacción para impactar positivamente en el quehacer económico y social.
Consideremos el coste de oportunidad de una medida de este tipo en el país, sintetizando el nivel de sacrificio entre el incremento de caudales para el tesoro general de la nación, el sacrificio poblacional y la activación económica, redireccionando los recursos para formalizar la economía desde la concepción del desarrollo local y con un nuevo pacto fiscal para gestionar la bioeconomía destinada a mitigar el impacto de la subvención, considerando la gestión del conocimiento en el área de los biocombustibles, propiciando procesos productivos convenientemente complementados por las economías de escala que minimicen los costes de transporte.
Prescindir paulatinamente del subsidio de los hidrocarburos, favorecería el cumplimiento de roles y complementos de los agentes económicos en concordancia a los desafíos y oportunidades que permitan la modificación del modelo, apostando por los bonos de carbono y los proyectos ecológicos, podríamos encauzar el aprovechamiento de nuestras ventajas comparativas relativas, que son parte de la diversidad cultural y de pisos ecológicos, referenciando la importancia del trabajo real que vincule la inversión privada con la pública para garantizar seguridad con soberanía alimentaria.