“El Ministerio de Salud determinó que 27 municipios a nivel nacional son endémicos de enfermedades por arbovirus, por lo que se debe coordinar entre los tres niveles de gobierno para controlar los casos en los municipios priorizados”, señaló.

En el caso del departamento del Beni, los municipios con mayor riesgo de registrar casos de dengue, zika y chikungunya son Trinidad, Riberalta, San Borja y Guayaramerín.

Castro subrayó que el trabajo debe ser integral y coordinado entre todos los niveles de gestión, ya que la salud es una responsabilidad compartida. “Tenemos toda la libertad para seguir coordinando esfuerzos en este tema”, enfatizó.

Además, anunció que el Gobierno nacional y el Gobierno departamental trabajarán junto con los alcaldes de los municipios afectados para minimizar los riesgos de manera unificada. “Estos municipios se encuentran entre alto y mediano riesgo, lo que nos obliga a crear mecanismos para controlar al vector y, por ende, las enfermedades que transmite”, destacó.

El jefe de Epidemiología indicó que las lluvias frecuentes incrementan la probabilidad de casos de arbovirosis, por lo que exhortó a la ciudadanía y a las autoridades a destruir criaderos de mosquitos, fumigar y abatizar de manera constante durante este período crítico.

Con la declaratoria de prioridad sanitaria, se podrá disponer de recursos destinados a medidas de promoción y prevención a nivel local en cada población afectada.

Castro precisó que, por parte del SEDES, se fortalecerán las acciones de vigilancia epidemiológica, además de brindar apoyo logístico, técnico y económico. También se implementarán estrategias comunicacionales y se realizará el seguimiento, monitoreo y evaluación permanente de las actividades realizadas.

De igual manera, se ejecutarán acciones concretas a nivel departamental y municipal, asegurando la atención integral de los pacientes en los establecimientos de salud, dotación de suministros como medicamentos, insumos y reactivos, y el fortalecimiento de los laboratorios.

Finalmente, Castro resaltó la importancia de una respuesta integral que involucre tanto al sistema de salud como a la población. “Mientras el sistema de salud se encarga del fortalecimiento, mitigación y atención, la población debe contribuir mediante la limpieza de sus entornos para evitar la propagación de mosquitos”, concluyó.