Según la plataforma ‘Armed Conflict Location And Event Data Project’ (ACLED), que monitoriza la violencia en el mundo, entre mayo de 2023 y el mismo mes de este año murieron 4.394 personas en Mali en eventos violentos protagonizados por grupos no estatales y otras 2.277 a manos de fuerzas estatales.
Denuncian el asesinato de 23 personas en Mali a manos del Ejército y mercenarios rusos
El Marco Estratégico Permanente indicó que las incursiones del Ejército maliense y de los mercenarios rusos dejaron importantes daños materiales, incluyendo el saqueo de bienes, la destrucción de viviendas e infraestructuras, y la matanza de ganado
Al menos 23 personas fueron asesinadas entre el 9 y el 12 de este mes en la región de Kidal, en el norte de Mali, a manos del Ejército maliense, apoyado por los mercenarios del grupo ruso Wagner.
El Marco Estratégico Permanente (CSP), la autoridad independentista de facto en el norte de Mali, una región conocida como el Azawad) aseguró este domingo en un comunicado que cinco de las víctimas fueron asesinadas cerca de la población de Tin-Essako y enterradas en una fosa común.
Agregó que las incursiones del Ejército maliense y de los mercenarios rusos dejaron importantes daños materiales, incluyendo el saqueo de bienes, la destrucción de viviendas e infraestructuras, y la matanza de ganado.
“El CSP condena enérgicamente estos actos de terrorismo institucionalizado por parte de la junta militar de Bamako (...), al tiempo que hace un llamamiento a la comunidad internacional y a los países vecinos para que reaccionen ante esta limpieza étnica”, precisó la nota.
El colectivo CSP, creado en 2021, reúne a los grupos norteños que firmaron el acuerdo de paz de Argel de 2015, que prevé una mayor autonomía para el norte de Mali, tras la guerra desatada en 2012 entre los norteños y el Gobierno central.
Organizaciones políticas y asociativas del norte de Mali denunciaron el asesinato de 120 civiles a manos de militares malienses y de mercenarios del grupo ruso Wagner durante los meses de mayo y junio.
Este país de la inestable región del Sahel, gobernado por una junta militar golpista desde 2020, es escenario de ataques terroristas continuos perpetrados por el Estado Islámico (EI) y la filial local de Al Qaeda, denominada el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GAIM).
En los últimos meses, reacciones imprecisas e indiscriminadas del Ejército maliense, apoyado por los mercenarios del grupo ruso Wagner, han provocado además masacres en las filas de civiles denunciadas por instituciones como la ONU.