“Nadie hace nada para frenar estos excesos”, manifestó un ciudadano molesto por la falta de control de las autoridades.

De acuerdo con las denuncias, el litro de gasolina se estaría vendiendo en distintos puntos de la ciudad a precios que oscilan entre los 25 y 30 bolivianos, mientras que otros revendedores lo comercializan a 20 e incluso 18 bolivianos, generando confusión, especulación y malestar entre los consumidores.

La población señaló que esta práctica es ilegal, ya que el expendio y la fijación de precios del combustible no cuenta con autorización, sin embargo, hasta el momento no se registró la intervención de ninguna autoridad competente para regular o controlar estos abusos.

Vecinos y conductores expresaron su preocupación por el impacto que esta situación tiene en el transporte, el comercio y las actividades cotidianas, especialmente en un contexto de dificultades económicas.

Asimismo, exigieron la inmediata acción de las instituciones responsables para frenar la especulación, sancionar a los infractores y garantizar el acceso al combustible a precio regular.

La ciudadanía espera una pronta respuesta de las autoridades municipales y nacionales, a fin de evitar que estas prácticas continúen afectando a Riberalta y a su población.