Denunciante de acoso en la UAB: Hay una mafia, entre los mismos docentes se protegen en el proceso

VOZ QUE BUSCA JUSTICIA. “Tuve que peregrinar tres meses buscando ayuda y solo para que mi denuncia quede quieta, prácticamente archivada”, dijo. El docente denunciado fue removido del cargo y sigue danto “cátedra” en la misma carrera. Sostiene que existe una especie de mafia que protege a los agresores.

Denunciante de acoso en la UAB: Hay una mafia, entre los mismos docentes se protegen en el proceso

Una estudiante de la Universidad Autónoma del Beni (UAB) ha alzado su voz para volver a  denunciar un caso de acoso por parte de un docente de la institución, quien continúa impartiendo “cátedra” a pesar de las acusaciones en su contra. La estudiante, cuya identidad se mantiene en reserva por razones de seguridad, afirma que existe una especie de "mafia" que protege a los agresores, permitiendo que las denuncias queden sin respuesta.

La joven relata haber sufrido daño emocional a causa del acoso, y señala la falta de atención por parte de las autoridades de la universidad a pesar de su compromiso declarado de rechazar este tipo de comportamientos. Ante la ausencia de una respuesta adecuada, la estudiante recurrió al Defensor del Pueblo, quien la apoyó en la formalización de la denuncia ante la Fiscalía de Distrito.

Sin embargo, el proceso legal en la justicia ordinaria ha tropezado con obstáculos, y la estudiante continúa enfrentando una injusticia. Por un lado, las audiencias han sido suspendidas en reiteradas ocasiones, prolongando el sufrimiento y la incertidumbre de la denunciante. Por otro lado, el docente acusado que sigue dando clases no ha recibido ningún tipo de castigo hasta el momento, a pesar de las graves acusaciones en su contra.

La estudiante describió el incidente en el que fue citada (a un aula) por el docente bajo falsos pretextos, con la intención de aprovecharse de ella. Lo que inicialmente parecía ser una corrección académica resultó ser un intento de abuso, dejando secuelas emocionales.


LPB. ¿Qué le generó las acciones que se efectuaron últimamente en la UAB, anunciando tolerancia cero a los actos de acoso y violencia sexual dentro de la universidad?

R. Indignación, indignación porque después de haber tantas denuncias, después de haber tantos reclamos de estudiantes universitarias que recién se pronuncian, recién están dando la cara porque es una mafia, es una rosca la que hay, que se cubren entre ellos y dejan a las víctimas en total vulnerabilidad de sus derechos.

LPB. ¿Coméntanos tu situación que atravesaste, cuando sucedió?

R. Fue el año 2022, fue muy trágico para mí porque tuve que afrontarlo sola y no tenía el apoyo de las autoridades, fue una agresión física psicológica, cosa de que en lo personal no pude reaccionar ese momento, quedé congelada, me dijo el docente que me quería ver en tal lugar (aula) y yo fui creyendo que había hecho algo mal (en mis trabajos) entonces este me encerró….

Pese al conocimiento de la situación, las autoridades no se manifestaron, yo presenté mi denuncia y tuve recepción del documento. Me sentí vulnerada de mis derechos como estudiante. Fui muchas veces expuesta, tuve represalias por parte del catedrático al que yo demandé, fue algo que en lo personal a mí me ha dado coraje para salir adelante y para seguir estudiando mi carrera. 

LPB. ¿Denunciaste? ¿A qué instancias se presentaron las denuncias?

R. Cuando yo decidí denunciar después de dos meses de lo ocurrió, porque a mí me metieron miedo, a mí prácticamente me persiguieron y me bajonearon, cuando yo denuncié fue en la Defensoría del Pueblo y gracias al Defensor del Pueblo y a sus acompañantes, ellos me ayudaron y de ahí fue donde pasó la denuncia al Concejo Universitario, pero ahí quedó todo estático y pareciera que se manejaba todo sistemáticamente, ya a un lapso de dos semanas después recién se efectuó la denuncia, le pusieron muchas trabas, luego de tres meses la denuncia pasó al Ministerio Público. Tuve que peregrinar tres meses buscando ayuda y solo para que mi denuncia quede quieta, prácticamente archivada. 

LPB. ¿Qué acciones se tomaron y como era el vivir de tu persona? ¿El docente seguía pasando clases? ¿Veías a tu agresor?

R. Era tremendo, fui vulnerada en mis derechos como mujer, ¡lo seguía viendo! me sentía perseguida, amenazada, hostigada por parte del catedrático, fue muy duro para mí. En lo personal, fui señalada incluso por mis mismos compañeros de la universidad y hasta por mi entorno familiar y amistades. Fue un tiempo donde se vieron realmente las caras de las personas que estaban conmigo. En los buenos momentos muchos dicen apoyar pero en estos momentos donde más tú necesitas apoyo no lo están. La justicia quedó en nada, en la universidad lo removieron de un cargo alto pero igual sigue dando clases.

LPB. ¿Crees que existió encubrimiento?

R. Por supuesto que sí, es una mafia, en sí entre los mismos docentes se encubrían al momento del proceso. Las audiencias se suspendían por diferentes razones, inclusive se le otorgó a mi agresor permisos para no acudir al trabajo y hasta viajar. Los dirigentes también me dieron la espalda.

6.- ¿Luego del hecho, tu vida ha vuelto a ser la misma?

R. (Toma aire y respira con pesar) No ha sido la misma, en qué sentido, me han traído dolores, han traído decepciones, igual siguen los traumas, uno puede recuperarse de sus heridas pero si las cicatrices siempre van a quedar y la resiliencia que uno le queda porque eso nos ayuda a poder afrontar los problemas, afrontar las adversidades para bien, nos ayuda a edificarnos a nosotros mismos y ayudar a otras personas.

LPB ¿Qué le dices a las demás personas que fueron víctimas?

R. Que sean fuertes, sabias, es difícil lo que van a pasar, es difícil lo que están pasando, les doy todo mi apoyo, toda mi fortaleza las comprendo, las entiendo.

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