De acuerdo con el reporte oficial, al menos 1.950 familias sufrieron daños directos a causa de riadas calificadas como de “alto impacto”, que arrasaron zonas productivas y barrios enteros.

La secretaria departamental de Medio Ambiente y Recursos Hídricos, Dora Claros, informó que el volumen de agua superó los niveles habituales, generando una emergencia sin precedentes en esta época del año.

“Se trata de riadas de alto impacto que han afectado de manera directa a 1.950 familias, con daños en viviendas, cultivos y vías de acceso”, informó Claros.

Uno de los hechos más alarmantes es la crecida inusual del río Ichilo, en la zona de Puerto Villarroel, un fenómeno que no se registraba durante esta temporada.

Las autoridades atribuyen este comportamiento extremo a los efectos del cambio climático, que estaría intensificando las lluvias en periodos cada vez más cortos.

La tragedia se agravó con la desaparición de una persona, tras un accidente de navegación en uno de los ríos desbordados.

Equipos de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) mantienen un rastrillaje permanente; sin embargo, el fuerte caudal dificulta las labores de búsqueda.

Las autoridades departamentales mantienen la Alerta Naranja hasta el 26 de diciembre, mientras continúan las evaluaciones de daños y la coordinación de acciones de emergencia para atender a las familias afectadas y prevenir mayores riesgos en la región.