El ajedrez, tradicionalmente es una actividad lúdica, ha demostrado ser una herramienta educativa eficaz en la enseñanza de matemáticas en las Unidades Educativas. Su implementación ha mejorado el rendimiento académico y desarrollado habilidades cognitivas clave, transformando la manera en que los estudiantes abordan el aprendizaje matemático.

El estudio realizado en las Unidades Educativas explora cómo el ajedrez, más allá de ser una herramienta recreativa, sirve para desarrollar competencias cognitivas esenciales para las matemáticas. Al practicar ajedrez, los estudiantes mejoran su capacidad de planificación, toma de decisiones y razonamiento lógico, habilidades que se transfieren directamente al ámbito matemático. La investigación destaca que los estudiantes que juegan ajedrez con regularidad muestran avances en la resolución de problemas matemáticos complejos y mayor confianza en sus habilidades. Además, el ajedrez convierte el aprendizaje en una experiencia activa, motivando a los estudiantes, especialmente aquellos que podrían sentirse desmotivados ante los métodos tradicionales. Este enfoque lúdico no solo fortalece habilidades cognitivas, sino que también fomenta la motivación intrínseca en los estudiantes, ya que ellos aprenden a manejar la frustración y a colaborar en equipo. Sin embargo, el estudio señala desafíos como la falta de materiales adecuados y tiempo limitado para esta actividad. Para maximizar los beneficios del ajedrez, se recomienda aumentar su tiempo en el aula, capacitar a los docentes y personalizar el aprendizaje según las habilidades de cada estudiante, garantizando una integración efectiva en el currículo escolar.

El ajedrez en las Unidades Educativas ha mostrado ser eficaz para desarrollar habilidades matemáticas, motivación, trabajo en equipo y crecimiento emocional en los estudiantes. Para maximizar sus beneficios, es clave adaptarlo a las necesidades específicas de cada grupo, promoviendo un aprendizaje más efectivo y colaborativo.