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El pañuelo de Luciano Durán Boguer

Por: Ricardo Gutiérrez Los escritores benianos para una gran mayoría de personas de nuestra región son desconocidos, su obra y su vida son completamente desconocidas, seguramente sería sencillo llegar a la conclusión de decir “es que el beniano no lee”, o ir más allá y decir “el beniano no lee literatura escrita por benianos”, pero yo creo que el tema va más por decir “al beniano no se le mostró ni se le enseñó nada de los escritores de este departamento”.

El pañuelo de Luciano Durán Boguer

Quiero inclinarme por la tercera opción, y por eso, este artículo lleva por título “el pañuelo” de Luciano Durán Boguer, porque de lo que vamos a hablar es de uno de los escritores más importantes en la tradición literaria beniana, un hombre cuya obra estará en cualquier canon literario beniano que se quiera armar alguna vez; novelista, poeta, un hombre cuyas obras son un monumento literario.

Y en el artículo también hablaremos de su pañuelo, ese que alguien más llevaba consigo el 11 de septiembre de 1973; Luciano vivía en Santiago de Chile, exiliado. Ese día, después del golpe de Estado de Augusto Pinochet, el escritor nacido en Santa Ana del Yacuma, fue detenido por los militares chilenos, y llevado al centro de detención más grande en la historia de Latinoamérica, el estadio Nacional de Santiago.

Ahí, en una de sus celdas improvisadas, Durán Boguer pasó días enteros, rodeados de desconocidos que se volvieron casi como sus hermanos, ahí es donde la vida de Luciano se cruza con la existencia de un pañuelo cualquiera, porque después de días de estar detenido, Luciano es liberado, sin saber si era real o una farsa para matarlo, antes de abandonar la celda, el beniano pide a gritos que alguno de sus compañeros de celda le dé un papel donde escribir, nadie tenía papel, entonces pide cualquier cosa donde escribir, ahí, le dan un pañuelo, el pañuelo que para toda la eternidad, será conocido como el pañuelo de Luciano Durán Boguer.

En ese pañuelo Luciano escribió uno de los poemas más hermosos de la historia de la humanidad, no por la obra misma, sino por el contexto, por el amor que dejó impregnado en esas letras, fue un poema en medio de la noche, de la oscuridad, en medio de tanta maldad y muerte, Luciano le regalo a sus compañeros de celdas, una manifestación de belleza y amor, un lazo entre Bolivia y Chile, construido por un beniano.

Al ser retirado de la celda, el pañuelo se quedó acompañando a los prisioneros de aquella celda, sin ser de uno en particular fue de todos, la dictadura chilena dejó más de 30 mil desaparecidos asesinados, miles murieron en el estadio Nacional, pero el pañuelo fue resguardado por los mismos prisioneros, cuidado y protegido, y por más increíble que parezca, sobrevivió a la dictadura, sobrevivió a los tiempos oscuros y hoy, es parte del Museo de la Memoria, ubicado en Santiago de Chile.

Las letras de un beniano, son exhibidas en la capital chilena, al estar dentro de uno de los objetos que brillaron en medio de tanta oscuridad, es atesorado por el pueblo chileno, sus letras forman un poema, que, aunque sencillo, tiene una muestra de hermandad y amor casi tan profundo como el infinito.

Adiós

Ya nos vamos
¿Volveremos
al punto de partida
de un 11 de septiembre? ¡No!Ya nos vamos
hermanos chilenos
que nadie
siembre alegrías
sobre la sangre caliente
de las calles de Santiago

Ya nos vamos
de aquí
de este encerrón colectivo;
dentro
de nuestro corazón boliviano
dos manos
se dan la mano
y el hambre
hecho dolor abrió una zanja profunda;
en nuestros pechos hermanos
se dan
un abrazo de adiós,
Chilenos y Bolivianos

(poema escrito por Luciano Durán Boguer en un pañuelo, durante su encierro en el estadio nacional de Santiago de Chile, durante la dictadura de Pinochet)

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