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El perdón en Semana Santa: Camino hacia la inteligencia emocional y la paz interior

Escrito por: Alfredo Eduardo Mancilla Heredia Doctor en Economía. Posdoctoral Currículo, Discurso y Formación de Investigadores

El perdón en Semana Santa: Camino hacia la inteligencia emocional y la paz interior

La Semana Santa, más allá de su significado religioso, ofrece una oportunidad profunda de reflexión personal y transformación emocional. Este periodo invita a revisar nuestras actitudes ante el dolor, el resentimiento y los conflictos, proponiendo el perdón como un acto liberador que fortalece la inteligencia emocional y debilita la codicia, fuente de múltiples tensiones humanas.

En un contexto donde predomina la desinteligencia emocional — caracterizada por la incapacidad de reconocer, gestionar y expresar las emociones de forma adecuada— el perdón se presenta como una alternativa sanadora. Esta desinteligencia genera reacciones impulsivas, envidia, ira y deseo de venganza, lo que perpetúa la conflictividad interpersonal y social.

Uno de los motores de esta conflictividad es la codicia, entendida como el deseo insaciable de poseer, dominar o sobresalir. Cuando se impone la lógica del tener sobre la del ser, las relaciones humanas se vuelven competitivas, violentas y carentes de empatía. La codicia alimenta el ego, obstaculiza la convivencia y envenena los vínculos.

Frente a esto, el perdón no implica olvidar ni justificar el daño, sino liberarse del peso emocional que esclaviza. Es un acto de inteligencia emocional y madurez espiritual que permite a la persona sanar sus heridas, restaurar relaciones y avanzar con libertad. El perdón exige humildad, empatía y voluntad de construir paz, tanto en lo interno como en lo social.

La figura de Jesús perdonando a sus agresores en la cruz es un ejemplo supremo de este acto. Su gesto enseña que el perdón no es debilidad, sino fuerza moral. Nos invita a mirar al otro con compasión, a trascender el orgullo, y a soltar el rencor. De esta manera, el perdón se convierte en una herramienta poderosa para cultivar la serenidad, la reconciliación y el crecimiento humano.

En síntesis, la Semana Santa nos interpela: ¿Qué resentimientos estamos cargando? ¿Cómo podemos trascender nuestras emociones destructivas? ¿De qué forma el perdón puede transformar nuestras relaciones y nuestra comunidad? Al perdonar, rompemos las cadenas del ego y abrimos el camino hacia una vida más plena y consciente, guiada por la paz interior y la inteligencia emocional.

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