El poeta viviente más famoso del siglo XX es beniano
Por: Marcelo Arduz Ruiz
La poesía boliviana, pese a contar con un riquísimo repertorio de connotados cultores, es la gran desconocida en el concierto de naciones, como si estuviera aprisionada entre las cumbres nevadas que circundan las aguas de ese gran lago interior que es el Titicaca, resultando prácticamente ignorada apenas se trasponen las fronteras patrias, al hallarse desconectada de los grandes circuitos editoriales del continente.
Por lo anotado, alguna vez se dijo que esta vasta territorialidad despojada de mares de comunicación con el mundo es un país-isla, isla en tierra o dos veces isla, metafóricamente hablando, por su aislamiento físico y espiritual. Sin embargo, ingresando a la denominada mediterraneidad literaria, se percibe cierta mutación al aparecer en escena el inventor de la poesía concreta, Eugen Gomringer (Cachuela Esperanza, 1925), valorado con un aporte a las letras equivalente al de Picasso en la pintura.
El principal mérito de la corriente literaria que fundara es el de liberar dentro de los cuatro márgenes de la página en blanco a la palabra de la "linearidad secuencial", que antes, con un comportamiento fijo y constante, condicionaba no solamente nuestra forma de leer o escribir, sino también de entender la poesía, para iniciar una lectura discontinua e irregular, en algunos casos de manera vertical, oblicua, de atrás hacia adelante o de abajo hacia arriba.
La poesía concreta, al crear con pocos o escasos recursos la más amplia significación, por emplear por primera vez colores diferentes en la versificación, consiguió constituirse en precedente de la poesía visual; el manejo de la imagen con sonido derivó en la video poesía; las fluctuantes formas y colores en movimiento consolidaron la holopoesía, alentando además otras expresiones de vanguardia.
De esta manera, se dio el gran salto que se esperaba hacia el espacio intangible de la pantalla de un computador, arrancando definitivamente a la palabra del ciclo evolutivo del libro impreso en que se hallaba. Muchos dirán que esto ya no es poesía, pero en realidad lo único que se ha alterado o modificado es el soporte, es decir, la hieratez de la "página en blanco" que antes prevaleciera.
La obra de Gomringer es valorada en todo el orbe, particularmente en los idiomas alemán, inglés, francés, portugués y lenguas orientales, por lo cual puede ser considerado el escritor boliviano de mayor trascendencia universal de todos los tiempos, aunque paradójicamente todavía resulte poco conocido en lengua castellana e, inclusive, en su propia patria natal.