En las calles de nuestra ciudad, un equipo de mujeres valientes y comprometidas lleva a cabo una labor vital para mantener nuestras calles limpias y seguras. En el corazón de esta tarea está Rocío Taborga Paz, quien lleva tres años desempeñándose como barrendera en la empresa EMAUT Urbano.

 

Rocío nos comparte su experiencia, destacando los desafíos diarios que enfrenta su equipo. Desde los peligros inherentes a trabajar en las calles hasta las ocasiones de trato abusivo por parte de algunos ciudadanos, estas mujeres demuestran una resiliencia admirable frente a las adversidades.

El horario de trabajo de Rocío y su equipo es arduo. Comienzan su jornada a las siete de la noche, preparando sus herramientas y vehículos para iniciar la ruta. Durante horas, recorren las calles, barriendo cuidadosamente jardineras y orillas, con la determinación de dejar cada rincón impecable.

 

Se les preguntó sobre la importancia de su labor en la sociedad, Rocío responde con convicción. Destaca que su trabajo es esencial para mantener la ciudad limpia y habitable. Sin su dedicación, nuestras calles se verían inundadas de basura, poniendo en peligro la salud y la calidad de vida de todos los ciudadanos.

 

Pura Choquere Moreno, otra trabajadora del equipo, se une al testimonio de Rocío. Consecutivamente durante tres años, ella y su compañera han sido pilares en el aseo urbano de nuestra ciudad. Su ruta nocturna abarca importantes zonas, desde la calle Bolívar hasta la plazuela El Tamarindo, mostrando un compromiso inquebrantable con su labor.

En un mensaje a la población, estas mujeres nos instan a ser más conscientes y respetuosos con el medio ambiente. Nos recuerdan que mantener nuestra ciudad limpia es responsabilidad de todos, y que solo trabajando juntos podemos crear un entorno limpio y saludable para las generaciones futuras.

 

El trabajo de Rocío, Pura y sus compañeras del EMAUT Urbano es un recordatorio poderoso de la importancia del servicio público y del sacrificio personal en pos del bien común.