El Beni caracterizado por las dos épocas marcadas: tiempo seco y tiempo de agua, hoy se encuentra inundado, declarado zona de desastre. En estos últimos años, por efectos del cambio climático estamos sintiendo las dos épocas de manera extrema, pues en tiempo seco, soportamos un calor sofocante, las temperaturas llegan hasta los 40 grados y en el campo la tierra se parte. En tiempo de agua hubo lluvias, pero no como este año.

 También la experiencia nos indica que las inundaciones son periódicas cada 10 años más o menos. El año pasado esperábamos la inundación como la del 2014 donde todo el Beni se inundó. Sin embargo, muy pocos esperaban que el 2025 hubiese inundación, pero las lluvias constantes en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, hizo que bajen las aguas hacia el Beni. Primero se llenó el Rio Beni afectando a Rurrenabaque y Reyes, luego el Mamoré y el Ibare afectando a las comunidades ribereñas del TIPNIS, los Puentes, Puerto Varador, Puerto almacén, Ballivián, Loma Suárez y parte de San Javier.

El rebalse del Rio Mamoré este año fue vertiginoso y arrasó con todo lo que estaba a su alrededor. La comunidad Puerto Geralda ubicada en las riberas del Rio Mamoré, sin duda fue una de las comunidades más afectadas pues los comunarios indican que el río avanzó unos 500 metros y derrumbó 30 casas rusticas y de girao. Se cortó la luz eléctrica y tuvieron que refugiarse en los camellones, la parte más alta y guarescerse con carpas. Las familias que no recibieron carpas que la Alcaldía donó, tuvieron que refugiarse en la Escuela que también ya está cerca de la orilla del río.

Ante esta situación, las clases cambiaron de modalidad a virtual, aunque los alumnos se quejan que no llega bien el internet y como el dinero apenas les alcanza para comer, no les alcanza para comprarse megas. De esta manera, los estudiantes están afectados en su proceso de formación.

Cuando se les consultó si estaban recibiendo apoyo de las autoridades nacionales, departamentales y municipales, indicaron que solo la alcaldía les trajo algunas carpas y alimentación, las otras autoridades solo vinieron a levantar información y hasta ahora no les prestan ayuda. Esperan del Gobierno central les apoye con las viviendas, la gobernación con herramientas para empezar a cultivar la tierra cuando bajen las aguas. Nuevamente se debe restablecer el tendido eléctrico, de lo contrario indicaron que les apoyen con paneles, pues se pasan la noche en la oscuridad con el peligro de ser atacados por  las víboras que buscan altura.

La realidad de esta comunidad es desoladora, antes donde había movimiento y flujo comercial, ahora solo se escucha las olas del río Mamoré que amenaza cada día y los rostros de niños que sufren de enfermedades bronco respiratorias aumenta la crisis por la que están pasando los comunarios de Puerto Geralda.

Este panorama desolador debe motivarnos a llevar algo de alegría a estas 53 familias afectadas. En este sentido y motivados por el espíritu católico y la sensibilidad social, el curso primero de economía del cual soy docente y asesor, inicia una campaña de recolección de alimentos para paliar en algo la escasez de productos en los comunarios, también   la carrera de Economía se suma a esta campaña y luego toda la Facultad de Ciencias Económicas se solidariza y empieza la recolección de alimentos.

Esperamos que el pueblo trinitario con el espíritu solidario que lo caracteriza, se sume a esta campaña, todo aporte será bien recibido en la carrera de Economía para luego entregarlo a los comunarios afectados.

También esperamos que el gobierno central en lugar de hacer campaña política, priorice el apoyo de estas 53 familias que han quedado sin casas, que inviertan en un plan de vivienda, que el gobierno departamental elabore y ejecute proyectos productivos. Que la Alcaldía mejore la infraestructura de salud y no aumente la cantidad de enfermos con dengue e influenza. Que mejore la infraestructura de educación, para que los niños y jóvenes continúen con sus estudios y no eleven la cantidad de deserción escolar.