“Estamos en un pico alto de contagios de dengue debido a la proliferación de mosquitos”, afirmó Cuellar. Ante esta situación, las autoridades locales han anunciado una campaña de fumigación y destrucción de criaderos de mosquitos, concentrándose en las zonas más afectadas.

Sin embargo, la implementación de estas medidas se ha visto obstaculizada por problemas logísticos.

"El municipio está dando 500 refrigerios, dando las bolsas, está dando guantes, ya el SEDES obviamente quiere el personal técnico que está trabajando más el Ministerio de Salud que está trayendo bombas, bomba de fumigación", explicó Cuellar.

La falta de combustible para las bombas fumigadoras ha generado una demora en la implementación de las medidas de control. "En la reunión del día de ayer, el alcalde ha autorizado, pese a que no hay las tarjetas del municipio, no tiene actualizada su tarjeta de permiso para almacenar las cantidades de combustible en este caso de esta emergencia, pero han autorizado que saquemos por día de acuerdo a lo que vamos a ocupar", señaló el epidemiólogo.

Cuéllar advirtió sobre las graves consecuencias de esta situación. "Podemos decir que el mosquito adulto está circulando por todos lados. Por lo tanto, entonces tenemos muchos pacientes febriles en todos los barrios de Guayaramerín".