Filtraciones y Educación: Cómo las lluvias afectan en el rendimiento académico
Escrito por: Karol Geovana Catacora Cercano / Mónica Yujra Mamani
“Lo que intentamos hacer con este artículo no es señalar a las autoridades, sino más bien dirigir la atención hacia una necesidad que afecta a la comunidad educativa Santa Rosa del apere”.
En la localidad de San Ignacio de Moxos, la educación tiene que luchar contra otros desafíos debido a los del aprendizaje; es decir, que el estado de la infraestructura escolar en muchas Unidades Educativas rurales es precario, basta la lluvia para suspender las clases porque pone en peligro la salud de los estudiantes y docentes. Es triste observar que en pleno siglo XXI tengamos aulas que no protejan a todos los estudiantes comprometidos con su aprendizaje.
Durante nuestras prácticas educativas, observamos la situación crítica por la que atraviesan las Unidades Educativas; se podría decir que las aulas se encuentran en estado regular de las cuales dos aulas son de madera, las mismas que son incómodas para los estudiantes. La lluvia se filtra por los techos e inunda las aulas, lo que imposibilita la enseñanza y el aprendizaje para todos los autores educativos. Las ventanas de la Unidad Educativa no cuentan con vidrios para evitar la entrada de polvo, de esta manera hace que el lugar no sea propicio para el aprendizaje y por lo tanto, se compromete la capacidad de atención y la comodidad de los estudiantes. El problema no se detiene solo en la educación. Estas filtraciones suponen un grave riesgo para la salud, debido a la humedad que provoca diferentes enfermedades como: conjuntivitis, gripe, pulmonía, alergias, etc. Muchos estudiantes padecen de estas enfermedades, especialmente los más pequeños. Esta situación preocupa a los padres con razón: la escuela debe ser un lugar que se ocupe del bienestar de los niños, no que los vuelva vulnerables. Más allá de estas dificultades, salta a la vista la falta de apoyo institucional. Algunos de esos problemas a los que se podría hacer referencia son las condiciones de las clases, el mobiliario deteriorado y la falta de equipamiento adecuado.No es extraño escuchar de muchos de estos estudiantes su deseo de no asistir a clases en esas condiciones.Nosotros, como comunidad escolar, tenemos que exigir condiciones adecuadas y una mejora de infraestructura para nuestros estudiantes.Necesitamos cambiar los techos, instalar ventanas e invertir en infraestructura adecuada en esos lugares.La lluvia y el polvo son parte de la realidad local, las Unidades Educativas deberían ser lugares seguros y adecuados para todos los autores educativos. Es fundamental que trabajemos juntos: maestros, autoridades y padres de familia para garantizar un entorno donde los estudiantes no solo asistan a clases, sino que también puedan aprender y crecer en un espacio digno y enriquecedor. La educación es un derecho compartido que requiere del compromiso de todos.