Fortaleciendo valores en mi comunidad educativa Gilberto Eguez Parada
Escrito por: Carla Lorena Callisaya A/ Evia Rojas Herrera
En un mundo donde cada día los valores se hacen menos importante en la humanidad y a diario se hace más común las palabras vulgares y las faltas de respeto tanto en el seno familiar como en las comunidades educativas.
Hoy más que nunca se hace vidente se hace evidente la necesidad de una educación que trascienda lo académico y fomente la empatía, el respeto, la solidaridad y la responsabilidad.
En la comunidad educativa Gilberto Eguez Parada de la Comunidad de Pueblo Nuevo del distrito (TIM) de la provincia Moxos se pudo observar cómo desde el director, profesores, estudiantes y padres de familia interactúan entre ellos, haciendo de ello un claro reflejo de los valores que absorben en su entorno. Si bien los colegios desempeñan un rol crucial, la influencia de la familia y la comunidad es determinante. Los niños no solo aprenden a resolver problemas matemáticos o escribir correctamente; también internalizan principios morales y éticos a través del ejemplo que reciben en su entorno.
En la Comunidad Educativa Gilberto Eguez Parada se actúa como una extensión de la educación formal, cuando todos trabajan juntos para crear un ambiente seguro y respetuoso, se genera un espacio propicio para el desarrollo integral de los niños. Actividades como el voluntariado, los deportes comunitarios y las iniciativas culturales no solo entre tienen a los más jóvenes, sino que les enseña a trabajar en equipo y en equidad de género, respetar las diferencias y contribuir al bienestar colectivo.
Por ejemplo: En los actos cívicos que se realiza cada inicio de clases, los estudiantes son participes desde el más pequeño hasta el más grande demostrando sus habilidades en adivinanzas, canciones, poesías, bailes o dramatizaciones. En ello todos los alrededores ponen mucha atención y aplauden con entusiasmo la participación de los estudiantes, demostrando en ello el respeto hacia las personas que están en frente.
No podemos olvidar que el núcleo familiar es el primer espacio donde los niños comienzan a aprender sobre los valores. Los padres y cuidadores tienen la responsabilidad de modelar comportamientos positivos. Un niño que crece donde fomenta los valores, llevara sus principios a todos los aspectos de su vida.
Es hora también que todos asumamos un rol activo en este proceso desde los más pequeños gestos como saludar al vecino hasta iniciativas a gran escala que involucren a escuela, familias y organizaciones locales, recordemos que cada acción cuenta y que los valores no solo se enseñan con palabras sino con ejemplos diarios.
Veámoslo como una inversión a futuro para una vida justa humana. Como comunidad tenemos el poder de ser el cambio que tanto anhelamos ver en el mundo.