Ganaderos e instituciones de conservación recopilan información para un modelo de ganadería sostenible

PAMPAS DEL BENI. En el evento se difundieron también prácticas de ganadería sostenible en ecosistemas comparables en toda América Latina. Expertos de Colombia y Uruguay mostraron iniciativas en curso en otras regiones del continente

Ganaderos e instituciones de conservación recopilan información para un modelo de ganadería sostenible

Trinidad/Margarita Palacios, Armonía.- Productores de ganado vacuno del Beni (Bolivia) y organizaciones ambientales recopilan información para definir un modelo de ganadería sostenible para las Sabanas del Beni, centrándose en la productividad, la rentabilidad, pero sobre todo en ser compatible con el ecosistema natural de las pastizales de la Sabana del Beni (Llanos de Moxos) sin alterar su uso de suelo. Este trabajo se realiza luego de un taller departamental de Ganadería Sostenible, que se efectuó el 29 de febrero y 1 de marzo de 2024 en Trinidad (Beni). El evento fue organizado por Armonía, en colaboración con el Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos (GTLM) y la Federación de Ganaderos del Beni (Fegabeni).

 

“El éxito del taller radicó en el enfoque colaborativo para desarrollar las bases de un modelo de producción ganadera sostenible y rentable compatible con el ecosistema de la sabana del Beni. Pero también, en la comprensión de que tanto los ganaderos como las instituciones ambientales son aliados en la conservación de los pastizales naturales de Beni mediante la implementación de prácticas ganaderas ecológicas”, aseveró Tjalle Boorsma, director de Programas de Conservación de Armonía. Asociación que implementa un modelo de ganadería sostenible dentro de la Reserva Natural Barba Azul desde 2019 para proteger a la Paraba Barba Azul, en Peligro Crítico de Extinción, y ha estudiado varios componentes de la cadena ganadera del Beni.

 

Hernán Nogales, presidente de Fegabeni, inauguró el primer día del evento. Se trató de una jornada que ha permitió el intercambio de experiencias en la transición de prácticas ganaderas convencionales a sostenibles, así como el aprendizaje sobre procesos de certificación de carne a nivel nacional e internacional, informó Marlene Barral, especialista en ganadería sostenible a nivel de paisaje de la Asociación Armonía.

 

Una de las historias compartidas sobre la transición hacia una ganadería sostenible proveniente del Beni, y liderado por Hans Peter Elsner de la Estancia Espíritu, quien  implementó un sistema ganadero basado en décadas de registros de datos meteorológicos, planificación y desarrollo de estrategias a largo plazo.

 

Estas acciones le han permitido planificar y adaptar su sistema de producción para enfrentar las condiciones climáticas extremas de las pampas del Beni. Estos escenarios extremos influyen directamente en la disponibilidad del agua, la estructura del suelo y la accesibilidad de forraje. Y se abordan mediante mejoras en la gestión técnica basadas en más de 25 años de datos. Todo esto se enmarca dentro de su objetivo de lograr un modelo ganadero sostenible, productivo y rentable.

 

Grover Ibáñez Gómez, gerente general de TECNOGenética Beni compartió datos cruciales enfatizando áreas para mejorar la eficiencia y aumentar la productividad, alineándose con las demandas del mercado y asegurando que estas mejoras se dirijan hacia la sostenibilidad y los objetivos ambientales. Durante su presentación, Ibáñez abordó las dificultades que enfrentan los ganaderos en las desafiantes sabanas de Beni, enfatizando la necesidad de prácticas de gestión personalizadas para el contexto local y de asegurar que el ganado esté adecuadamente aclimatado a esta dureza ambiental.

 

Juan Pablo Llapiz, un ganadero de la Estancia Lago Azul, contribuyó con otra perspectiva local perspicaz, centrándose en el impacto tangible de los ataques de jaguares a su ganado. Su investigación reveló que factores como las prácticas de gestión y la integridad del personal influyen significativamente en las pérdidas de ganado, en lugar de atribuirlas únicamente a la depredación de jaguares. Llapiz aboga por la recolección exhaustiva de datos sobre la mortalidad del ganado para señalar áreas de mejora en la gestión. Además, enfatizó la importancia de implementar prácticas ganaderas sostenibles, como la “no caza”, para garantizar un suministro adecuado de alimentos para los jaguares, reduciendo así los riesgos de ataques y mitigando conflictos entre depredadores y ganado.

 

En el evento se difundieron también prácticas de ganadería sostenible en ecosistemas comparables en toda América Latina. Expertos de Colombia y Uruguay mostraron iniciativas en curso en otras regiones del continente, enfatizando el desarrollo de modelos de producción ambientalmente conscientes compatibles con los ecosistemas de pastizales.

 

En el segundo día se creó un espacio de diálogo colaborativo a través de metodologías participativas con el objetivo de redactar pautas para la “Ganadería Sostenible” en la sabana de Beni. Todos los interesados participaron en discusiones que profundizaron en aspectos multifacéticos del desarrollo sostenible, incluyendo la productividad, consideraciones ambientales y dimensiones socio-culturales de las prácticas ganaderas.

 

“De esta manera, buscamos fortalecer las capacidades de los ganaderos mientras mitigamos su vulnerabilidad a los efectos del cambio climático. Además, subrayamos la importancia del manejo sostenible de las estancias ganaderas como medio para valorar los servicios ecosistémicos de las pampas del Beni (Llanos de Moxos), sin el cambio de uso de  suelo y reducir la pérdida de la biodiversidad del departamento del Beni”, informó Barral.

 

Al concluir el taller, Grover Ibáñez Gómez Ortega enfatizó la importancia de un enfoque colaborativo y positivo hacia la ganadería sostenible, que une a todos los interesados hacia un objetivo común. “No somos adversarios del medio ambiente; todo lo contrario, somos participantes clave y potencialmente la solución para la conservación y el manejo sostenible de la sabana de Beni”, comentó.

 

Experiencias Internacionales

 

Paola Fernández: Similitudes relevantes en la implementación de la ganadería sostenible en las sabanas colombianas con la sabana de Beni.

 

“Es crucial entender que la conservación y la producción no son sectores separados, sino que deben integrarse”, enfatizó Andrea Paola Fernández Lavado, especialista en ganadería sostenible, de bajas emisiones y resiliente. “Nuestro primer paso debería ser extraer ideas de la naturaleza y establecer líneas base de producción, ya que la rentabilidad está intrínsecamente vinculada a la salud de nuestros recursos naturales”.

 

Fernández compartió el proceso de implementación de prácticas ganaderas sostenibles en las sabanas de la Orinoquia colombiana durante los últimos 25 años. Un territorio que comparte similitudes con las sabanas estacionalmente inundables de los Llanos de Moxos en Bolivia.

 

En este contexto, destacó un enfoque integral que se ha desarrollado durante dos décadas, involucrando un trabajo intensivo con ganaderos locales. Se enfoca en mejorar la gobernanza, transformar prácticas convencionales arraigadas en la cultura local hacia métodos más respetuosos con el medio ambiente y reducir los impactos negativos asociados con la producción ganadera.

 

Francisco Sandoval productor de ganadería sostenible con experiencias exitosas. “Tenemos que trabajar para lograr la conservación a través de acuerdos con nuestros vecinos y el apoyo de instituciones a nivel nacional e internacional. La colaboración es clave para proteger nuestros ecosistemas y salvaguardar la biodiversidad”, comentó Francisco Alberto Sandoval Rodríguez, ganadero y veterinario de Casanare, Colombia, y fundador de la Reserva Fundo Raudal de Flor Amarillo, un Área de Interés para la Conservación de Aves y Biodiversidad.

 

El experto en ganadería sostenible alentó a los ganaderos del Beni a aprovechar la oportunidad de colaborar con organizaciones ambientales para lograr la certificación conjunta. “Con nuestra forma sostenible de ganadería, priorizamos la salud del consumidor ofreciendo productos libres de hormonas y antibióticos mientras conservamos la biodiversidad. Es importante que los consumidores sepan que si pagan un poco más por este producto sostenible, no están afectando la deforestación de los bosques tropicales, sino que están apoyando la protección de las praderas y su biodiversidad”.

 

También enfatizó la diversificación de fuentes de ingresos como un elemento esencial para la sostenibilidad. “No todos nuestros ingresos tienen que provenir exclusivamente de la ganadería. Exploramos alternativas como el ecoturismo, los créditos de carbono por mantener las praderas naturales y nuestras marismas, y la diversificación alimentaria para complementar nuestros ingresos y reducir nuestra dependencia de insumos externos”, explicó Sandoval.

 

Nicolas Marchand: Pionero en la creación de Alianzas de Ganadería Sostenible. “Nuestro objetivo principal en la conservación de las praderas es asegurar que los ganaderos continúen siendo administradores de ganado. Nos proponemos desarrollar estrategias de manera colaborativa y proporcionar beneficios a los ganaderos, herramientas para mejorar su competitividad y ayudarlos a ser cada vez más eficientes dentro del marco ecológico y ambiental”, enfatizó Nicolas Marchand, un apasionado biólogo uruguayo que trabaja como especialista en conservación de ganadería y aves playeras para MANOMET y es uno de los primeros coordinadores de la Alianza del Pastizal en el Cono Sur.

 

A lo largo de su carrera, Marchand ha estado involucrado en iniciativas innovadoras como el Proyecto de Producción Responsable, un programa del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, donde trabajó diligentemente durante siete años para incorporar la biodiversidad en la producción agrícola. Realizó tareas que abarcaron desde el desarrollo de sistemas de suministro de agua para el ganado y riego para la producción estratégica de forraje hasta la implementación de sistemas silvopastoriles para el manejo integrado de ganado en paisajes naturales de montaña.

 

Actualmente, Marchand trabaja como especialista en conservación de ganadería y aves playeras para MANOMET, conectando países de toda América del Sur y ayudando en el desarrollo de sistemas de producción sostenible en pastizales naturales, incluyendo a Armonía en Bolivia. Durante la creación de la Alianza del Pastizal en 2005, ganó experiencias importantes donde Marchand asumió el papel de coordinador. Con un enfoque específico en los pastizales naturales, la alianza buscaba maximizar el impacto en estos cruciales ambientes ricos en biodiversidad mediante la implementación de modelos de producción sostenibles y compatibles. Reflexionando sobre aquellos tiempos, Marchand comentó: “Veo que en la sabana de Beni, ya existe la voluntad de iniciar esa alianza, de trabajar juntos entre productores y conservacionistas. Se respiró un aire muy positivo”.

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