Trinidad no solo es única por su gente, también lo es por su fauna silvestre. Esa convivencia natural nos distingue y tiene el potencial de convertirnos en un destino turístico sin comparación. ¿O acaso alguien no quisiera conocer una ciudad donde podés cruzarte con una capiguara en la vereda?

Pero claro, como siempre, hay quienes no soportan ver algo distinto florecer. Ante la manipulación de esos grupos que se rasgan las vestiduras y deforman nuestras buenas intenciones, decidimos reprogramar el CapiFest. Y no, no es una retirada, es un relanzamiento con más fuerza. Vamos a meterle una campaña de concientización que nadie va a poder ignorar.

Porque no vamos a permitir que intereses radicales —esos que gritan desde su teclado— perjudiquen a nuestra ciudad. Aquí las cosas se hacen con amor por esta tierra, no con doble moral. Queremos debatir, sí. Queremos cuidar nuestra biodiversidad, también. Pero sin circo ni hipocresía.

Lamentamos que esta novela haya llegado hasta el Ministerio, pero se entiende: cuando la oposición no tiene ideas, arma escándalos. Tranquilos, que esto recién empieza. Reprogramamos el evento, redoblamos la apuesta y seguimos, con más claridad, más pueblo y más capiguaras.