Homero Carvalho
Sin duda alguna la muerte de Mario Vargas Llosa cierra un ciclo, cierra un ciclo muy importante para América Latina, en el que yo creo que debemos destacar dos hechos fundamentales. El primero de ellos, que muere, fallece el último de los integrantes de lo que se llamó el boom latinoamericano, este fenómeno literario que incluyó a varios escritores latinoamericanos para no mencionarlos, porque todos sabemos quiénes son. Él era el más joven, Vargas Llosa era el más joven, y de hecho hay algo que hay que reconocer en este tema.
La gente literario Carmen Balcells, que junto a Carlos Barral fueron los creadores de este fenómeno literario, en varias oportunidades ha dicho que la novela que inicia el boom latinoamericano es justamente una novela de Mario Vargas Llosa, fíjate vos. Ella dice que fue una novela de Vargas Llosa, La ciudad y los perros, la que dio inicio a este boom. Por el otro lado también, pues él fue el último premio Nobel latinoamericano, ¿no es cierto?, el año 2010, y creo que eso también es importante que lo destaquemos.
Otra cosa que creo que es importante destacar de Mario Vargas Llosa fue su estrecha relación con nuestro país, con Bolivia. Él, cada vez que podía, pues mencionaba que él aprendió a leer en la ciudad de Cochabamba, en el colegio Lasalle, y que mantuvo relaciones con varios de sus compañeros de ese entonces por siempre. Además, también se casó con otra boliviana, con una paseña, con Julia Orquídez, con quien luego fue una relación tormentosa, digamos.
Él escribió un libro, La tía Julia y el escribidor, y pues Julia escribió una respuesta a lo que Vargas no dijo. De cualquier manera, yo creo que en el caso mío, en el caso muy personal, yo le tengo mucha admiración, cariño y respeto por su obra literaria, es decir, todo lo que se refiere a las novelas, a los cuentos, al teatro, y también la crítica literaria, al ensayo literario. Él escribió varios ensayos literarios.
El primero de ellos fue su tesis doctoral, que fue sobre Gabriel García Márquez, que era su gran amigo, y luego hubo una pelea entre ambos. Esa tesis doctoral se llamó Historia de un deicidio, y también ha escrito muchísimos otros ensayos literarios, como Cartas a un joven novelista, que ayudan a reconocerlo a Vargas Llosa como, sin duda alguna, no solo un gran escritor, sino un teórico de la literatura. Creo que es así como debemos recordarlo, recordarlo, por lo menos yo lo voy a recordar de esa manera.