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Iglesia exhorta a que la última semana de Cuaresma sea un tiempo para meditar

Desde la Catedral Santísima Trinidad del Beni, en su homilía del quinto domingo de Cuaresma, el obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Aurelio Pesoa, centró su mensaje en la misericordia de Dios y la necesidad de conversión, además, denunció que la injusticia persiste en Bolivia.

Iglesia exhorta a que la última semana de Cuaresma sea un tiempo para meditar

Lamentó que el sistema judicial en Bolivia sea principalmente punitivo y no busque restaurar la vida de las personas que infringen la ley. Denunció la sobrepoblación de presos preventivos en las cárceles y la lentitud de los procesos judiciales. Contrastó esta realidad con la actitud de Jesús, quien restaura la vida de la mujer adúltera y le da esperanza.

En este tiempo de Cuaresma, Pesoa invitó a los fieles a meditar sobre sus actitudes y comportamientos, recordando que Dios lo ve todo. Exhortó a aprovechar este tiempo de gracia, ya que el mañana no está garantizado.

El obispo hizo un llamado a la conversión personal y a la construcción de una sociedad más justa y fraterna, a tiempo de agradecer a quienes colaboran en este domingo de la solidaridad, y alentando a los fieles a que en este tiempo de crisis sean solidarios con quienes más

“Jesús desenmascara la mentira de un sistema legalista y revela el amor gratuito de Dios para con los pecadores, al mismo tiempo, muestra el camino que se debe recorrer para encontrar a Dios: Vete, no peques más en adelante”, meditó.

Reflexionando sobre el pasaje de ‘la mujer adúltera’ en el Evangelio, destacó que Jesús revela un Dios que condena el pecado, pero no al pecador, ofreciendo siempre la oportunidad de redimirse. Subrayó que el perdón de Dios es gratuito e invita a una transformación personal: «Vete, no peques más en adelante».

 El Obispo enfatizó la importancia de no quedarse anclados en el pasado, sino de avanzar hacia el futuro, permitiendo que Dios renueve la faz de la tierra. En este «Año del Jubileo de la Esperanza», invitó a los bolivianos a caminar hacia el encuentro con Dios y con los hermanos.

Criticó la hipocresía de quienes se creen justos y juzgan a los demás, recordando las palabras de Jesús: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra». Afirmó que Jesús nos remite a la conciencia y nos invita a reconocer nuestra propia fragilidad.

 

 

“El Evangelio de hoy nos muestra un Dios que quiere que todos se salven y por medio de Jesús Hijo de Dios que nos lo da a conocer hoy.  El relato de la mujer pecadora es conmovedor.  La Palabra de Dios es el llamado que el mismo Dios nos hace a abrir las puertas de nuestras mentes y nuestros corazones a la nueva ley del: amor a Dios y amor compasivo al prójimo”, recalcó.

La invitación es al cristiano, de hoy a vencer la tentación de quedarse mirando el pasado, cuando el objetivo debería ser mirar el presente y caminar hacia el futuro.  Pues es Dios quien se encarga de renovar la faz de la tierra.

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