El obispo  del Vicariato Apostólico del Beni, monseñor Aurelio Pesoa, lanzó un llamado a la feligresía católica para valorar en su verdadera dimensión la eucaristía durante la solemnidad de la celebración de Corpus Christi en Trinidad y poblaciones de esta región.

El Corpus Christi (en latín 'cuerpo de Cristo') es una fiesta de la iglesia católica destinada a venerar la eucaristía. Es una fiesta del calendario litúrgico que tiene lugar el jueves siguiente a la octava de Pentecostés.

“Es una fiesta muy     querida en la iglesia católica, en el mundo entero, porque es una las pocas veces que Jesucristo sacramentado  sale de la iglesia, del recinto sagrado, para bendecir la ciudad, los pueblos donde se acostumbra su celebración”, dijo.

Consideró que es una oportunidad para valorar esa celebración religiosa porque la eucaristía es el signo más grande del amor de Dios, que se encarnó en la virgen María para después morir en la cruz y resucitar.

Afirmó que la eucaristía es  la señal más evidente y más clara de la presencia del redentor, del salvador, el liberador que es Jesucristo.

“Creo que cada año debemos renovar nuestro compromiso no es una devoción, sino en una adoración de verdad a Jesús sacrificado; el Corpus Christi debería ser para el católico no solamente  el símbolo teórico más grande de la fe, sino parte de su vida”, manifestó.

Sostuvo que esa fiesta también sirve para recordar a los católicos que Dios sigue caminando con su pueblo, como lo hizo cuando salió de Egipto y durante el transcurso de la historia hasta nuestros días.

En Bolivia, este día es feriado y generalmente se lleva a cabo una misa especial para conmemorar la eucaristía, donde se realiza la liturgia de la consagración del pan y el vino, que se creen como el cuerpo y la sangre de Jesucristo.

“No es una fiesta cualquiera, es una fiesta en la que todo fiel va a adorar a Jesús en su cuerpo y en su sangre, recordando que él dijo a sus discípulos que  no los dejaría solos, por eso quiso quedarse prendado en la eucaristía”, manifestó el párroco de la Santa Cruz, Gualberto Román.

Comentó que se adora a Jesús en esa festividad particular, pero también se lo hace todos los días porque en los templos siempre  hay una luz encendida. Vamos a orar, agradecerle y pedirle lo que necesitamos, agregó.

Informó que la misa  central se realiza cada año en la Catedral, pero después cada parroquia realiza su propicia celebración para recibir a los fieles que  no asistieron a la Catedral donde asisten  autoridades y se realiza un programa especial, que incluye la procesión solemne.