Redacción Central/RedUno/Charles Muñoz Flores.- El presidente subcentral indígena movima, Miguel Reo Mendoza, encabezó una visita al cementerio Covid-19 de Santa Ana del Yacuma, donde la tragedia y el desamparo se entrelazaron en un acto que conmocionó a la comunidad en general. Ocho cuerpos de indígenas t'simanes, víctimas del fatídico colapso del puente Rapulo, fueron sepultados en tres fosas comunes, sin ataúdes ni la solemnidad debida.

Las demandas de explicaciones se alzan entre los pobladores, quienes denunnciaron el tratamiento inhumano y desconsiderado hacia las víctimas. Las identidades de los fallecidos fueron divulgadas, resaltando la amarga tragedia que golpeó a una misma familia indígena de chimanes de la comunidad de Turundi.

Erica Kari, Ana Pache Saravia, Nelson Vie Cuata, Aneida Vie Pache, Dilsia Vie Pache (de aproximadamente 8 años), Sonia Vie Pache (de 15 años), Sandalio Caiti Pache (de 28 años) y Yail Caiti Cari (de 2 años), son los nombres que ahora resuenan en la memoria colectiva, recordando la magnitud de la pérdida.

La Fiscalía Departamental del Beni inició una investigación de oficio, centrada en el delito de Homicidio Culposo, con el fin de arrojar luz sobre las causas del fatídico suceso que arrebató vidas y dejó a varios heridos tras el desplome del puente del río Rapulo el pasado martes 5 de junio.

Las primeras pesquisas apuntan hacia el colapso estructural del puente, agravado por el tránsito de un camión cargado, que, sumado a los daños preexistentes, desencadenó la tragedia. En medio de este lamento y búsqueda de respuestas, Miguel Reo Mendoza ha anunciado la convocatoria a reuniones con autoridades municipales y del Ministerio Público, demandando esclarecimiento y justicia para las víctimas y sus familias.