“El desastre provocado por los incendios forestales de gran magnitud ha dejado un registro de 10.037 casos de infecciones respiratorias agudas (IRAs) y 2.224 casos de enfermedades diarreicas agudas (EDAs)”, detalló.

Indicó que estos casos fueron atendidos por brigadas médicas desplegadas en las ocho provincias de la región, donde también se reportaron 506 casos de conjuntivitis y 223 casos de neumonía. Castro afirmó que, para reducir la incidencia de estas enfermedades, se brindó atención médica y se entregaron medicamentos según el diagnóstico.

Explicó que los incendios forestales incrementan los focos de calor, con consecuencias que, a veces, pueden ser fatales para el ser humano debido a la inhalación de humo mezclado con cenizas que contienen dióxido de carbono y arsénico. Precisó que el aire contaminado provoca enfermedades en las vías respiratorias, como bronquitis, asma, conjuntivitis, alergias, problemas dermatológicos, además de IRAs y EDAs, estos últimos vinculados al consumo de agua y peces contaminados.

Resaltó que otros efectos inmediatos en la salud incluyen tos, dificultad para respirar, ardor en los ojos, irritación en la garganta, moqueo (rinitis nasal), irritación de los senos paranasales, sibilancias, dolor en el pecho, dolores de cabeza, ataques de asma, cansancio y latidos cardíacos acelerados (taquicardia).

Castro informó que se realizaron 768 atenciones médicas, la mayoría en las provincias de Vaca Díez, específicamente en los municipios de Riberalta y Guayaramerín, así como en las provincias de Cercado y Marbán. La mayor cantidad de atenciones, 442 en total, se efectuaron en el municipio de Guayaramerín, en la zona norte del departamento, en la frontera con Brasil.

Sin embargo, reconoce que algunos municipios enfrentan la falta de transporte y combustible para movilizar a las brigadas médicas hacia las comunidades afectadas, aunque se continúa trabajando conforme al plan de emergencia sanitaria departamental, el cual incluye la vigilancia de brotes de enfermedades y la provisión de tratamiento oportuno a las personas afectadas

Paralelamente, se fomenta la participación de las comunidades en la vigilancia de enfermedades, especialmente en los grupos más vulnerables como mujeres, niños, ancianos y embarazadas. Finalmente, Castro subrayó que se coordina de manera permanente con las instituciones de salud para planificar y organizar la atención médica y la búsqueda de casos de enfermedades transmisibles y no transmisibles.