Inundaciones golpean a Rurrenabaque y dejan a negocios sin ingresos
Aunque el caudal del río Beni ha disminuido, las secuelas de la reciente inundación aún golpean a las familias y a los emprendedores de Rurrenabaque, especialmente a quienes se dedican a la gastronomía. La falta de turistas ha reducido drásticamente sus ingresos, generando preocupación en el sector.

Después de una década, los habitantes de la región vuelven a enfrentar una emergencia similar. Osmilder Vedregal Saucedo, propietario del restaurante "La Chocita", expresó su preocupación por la difícil situación: "Nos afecta porque la riada nos deja sin clientes. En un fin de semana normal generamos entre 3.000 a 4.000 bolivianos, pero ahora las pérdidas son enormes".
El impacto no solo se siente en la economía de los negocios, sino también en el empleo. "Usualmente contamos con dos o tres trabajadores entre semana y hasta siete los fines de semana, pero ahora no hay suficiente trabajo para todos. La gente ya sabe que no hay movimiento y prefiere no venir", explicó el empresario.
A esto se suma la carga financiera que enfrentan los comerciantes. "Tenemos préstamos, pagamos impuestos y debemos cubrir otros costos. Ya en 2014 y 2017 enfrentamos inundaciones que nos golpearon fuerte, pero esta vez la situación también afecta la estabilidad de nuestros empleados y familias", recordó Vegel.
La incertidumbre se mantiene en Rurrenabaque, donde los afectados esperan que el turismo se recupere y con ello, sus negocios vuelvan a generar ingresos para sostener a sus familias.