mientras buscaba refugio vio a lo lejos la figura de una persona, al acercarse se percató que en realidad era una estatua de hielo, mirando alrededor se dio cuenta que estaba por decenas de esculturas con el mismo rostro una y otra vez, una mejor que la anterior. Siguiendo con su camino encontró una pequeña cabaña, toco esperando obtener refugio de la gran ventisca; al abrirse la puerta una bella dama se presentó ante el invitándolo a pasar mientras preparaba algo de comer, mientras Garder hacia su presentación la dama le invito una tasa de té y sentó en una silla a su lado para después presentarse como Irelle, una apasionada y destacada escultora del reino de London, a lo que Garder pregunta:

¿Tu hiciste las esculturas que se encuentran alrededor de la cabaña? Ella respondió:

Sí, yo las hice – lagrimas cayeron por su rostro- son para que mi hijo encuentre el camino a casa.

Irelle había perdido a su hijo cuando este tenía 12 años, suceso que ocurrió hace un lustro; Garder pudo ver que debido a que Irelle constantemente esculpía sobre hielo sus manos se encontraban destrozadas, sintió una profunda pena, y, le pidió que lo acompañara fuera un momento, a pesar del frio ella no se negó, entonces Garder se acerca y pregunta:

  * ¿Harías lo que sea por tu hijo?

Irelle responde:

Daría mi vida por él.

El Mago empieza a conjurar un hechizo: brillos, símbolos y cosas que Irelle no podía comprender, volaron a su alrededor, para que después un destello de luz dejara momentáneamente ciegos a ambos. Ellos solo pudieron escuchar:

Ma… madre!!!!

NICOLAS LEIGUE REQUE