La alegoría del Santo Barco cierra las fiestas navideñas
El pueblo mojeño aglutinado en cabildos y juntas originarias despidieron la navidad con la alegoría del barco, una tradición arraigada en el Beni, que se celebra el segundo domingo de enero.
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El grupo de danzarines llevan un carretón que representa el transporte marítimo con el que los sabios reyes, reinas, remadores y mujeres (mariquiñas), pretendían llegar donde el niño Jesús para adorarlo.
Según el relato, la comitiva partió desde Portugal en busca del niño Jesús, tardaron meses navegando mar adentro, muchas de las personas envejecieron, se les creció el cabello y su ropa se convirtió en andrajo, por ello la representación de colocarse bolsa plástica, ramas de arbustos, se pintan el rostro para semejarse a los bandeirantes quienes también llegaron a adorar al niño.
La comitiva de bailadores, este año coordinó con el Padre Miguel Vargas y la Junta de vecinos de Pompeya, para representar la danza en el templo, mostrar las diferentes coreografías e interactuar con el pueblo, especialmente con los niños.
El religioso les preparó un refrigerio como agradecimiento especial por mantener viva las tradiciones y costumbres, expresiones culturales que hacen de la identidad del hombre mojeño.
El sacerdote Vargas, resaltó que el pueblo indígena mantenga viva la tradición desde las misiones jesuíticas con la alegoría del barco en la que se expresa la adoración al niño, pero con la novedad de cuando llegan el niño ya no está en el pesebre para la adoración.
Antiguamente se trataba de gente del Brasil que venían a las misiones a robar y llevarse a los indígenas como esclavos. El pueblo mojeño en su representación hace como una especie de burla o descontento por los brasileños por haber cometido fechorías en las misiones.
El pueblo católico, guarda la imagen del niño Jesús como culminación de las fiestas navideñas, por ello que los indígenas danzarines hacen la alegoría de la llegada y retorno de los reyes magos y sus esclavos negros, que siguiendo la estrella del oriente llegaron hasta Belén.
El barco simboliza el medio de transporte que utilizaron los reyes magos para trasladarse al oriente. Los bailarines representan esta danza en un carretón cubierto por un toldo de cuero de res, adornado con flores y hojas de motacú. Añaden palos para arrastrar el carretón con mayor comodidad.
Estando los reyes, reinas y remadores ubicados en el carretón se inicia el recorrido por las calles de la ciudad. Llegan a determinada iglesias se realiza una ceremonia de la visita y retorno de los reyes magos. Los negros arrastran el carretón tomándolo del timón.
El sacerdote bendice el carretón para que el grupo de danzarines prosiga su recorrido en domicilios particulares donde han sido invitados.