La deserción o abandono de los estudiantes
Autores: Magaly Teco Yujo y Santos Nabone Chapi
INTRODUCCIÓN. La deserción o abandono de los estudiantes es un fenómeno complejo que involucra factores académicos, sociales, económicos y que afectan la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo. Este fenómeno puede ocurrir en distintos niveles educativos, desde la educación básica hasta la universitaria. Aunque las tasas de deserción varían según el contexto, el problema sigue siendo una de las grandes preocupaciones de los sistemas educativos a menudo se asocia con factores socioeconómicos, pero también con problemas estructurales dentro del sistema educativo que requieren atención urgente.
DESARROLLO
De acuerdo a las investigaciones Prácticas Educativas Comunitarias P.E.C.
1. Factor económico. Muchas veces los estudiantes abandonan por la incapacidad de sus familias para cubrir los costos asociados con la educación, como matrículas, materiales escolares o transporte. Además, algunos deben trabajar para apoyar a sus familias.
2. Problema familiar. Situaciones como el desarraigo, la violencia intrafamiliar o la falta de apoyo emocional en el hogar, pueden influir en la decisión de abandonar la escuela.
3. Factores académico. La falta de rendimiento académico, la falta de motivación, la dificultad de adaptarse a los contenidos, o la percepción de que la educación no ofrece beneficios tangibles puede hacer que los estudiantes pierdan el interés por continuar.
Problema de salud mental y emocional: la ansiedad, la depresión y otras dificultades emocionales pueden afectar el rendimiento escolar y, en algunos casos, llevar al abandono de los estudios.
Conclusión. Sin embargo, este problema tiene solución si se toma medida efectiva. Las instituciones educativas pueden jugar un papel clave en retener a sus estudiantes mediante programas de orientación, asesoría y apoyo emocional, así como mediante la creación de ambientes de aprendizaje que fomenten la curiosidad y la participación. El diseño de programas educativos que se ajusten a las necesidades e intereses de los jóvenes, así como políticas públicas que garanticen el acceso a una educación gratuita y de calidad, pueden ser pasos esenciales para reducir la tasa de abandono.