En el currículo educativo boliviano, las asignaturas de Filosofía y Psicología ocupan un lugar privilegiado al formar el pensamiento crítico, la autoconciencia emocional y la comprensión profunda del ser humano. Lejos de ser materias "teóricas" o secundarias, estas disciplinas son fundamentales para desarrollar personas íntegras, capaces de enfrentar los desafíos del siglo XXI con madurez intelectual y emocional.

Filosofía: El arte de pensar críticamente: La Filosofía enseña a cuestionar lo establecido, a argumentar con rigor y a buscar la verdad más allá de las apariencias. En un mundo saturado de información falsa, opiniones polarizadas y redes sociales que fomentan el pensamiento superficial, la capacidad de analizar conceptos como justicia, libertad, ética y verdad resulta indispensable. Platón decía que "una vida sin examen no merece ser vivida". En el aula, cuando los estudiantes debaten temas como la ética en la inteligencia artificial, los derechos humanos o la cosmovisión andina frente al pensamiento occidental, aprenden a construir argumentos sólidos, respetar opiniones contrarias y reconocer sesgos. Esto fortalece la democracia: un ciudadano que piensa críticamente no se deja manipular fácilmente. En Bolivia, la Filosofía permite dialogar entre el pensamiento greco-romano y las filosofías ancestrales aymara, quechua y guaraní, enriqueciendo la educación intracultural e intercultural.

Psicología: Conocerse a sí mismo y a los demás: La Psicología educativa ayuda a los estudiantes a comprender procesos mentales, emociones, motivación y relaciones interpersonales. En una sociedad donde la salud mental es un problema creciente –según la OMS, la depresión afecta a millones de adolescentes–, enseñar sobre inteligencia emocional, manejo del estrés, resiliencia y autoestima es una inversión en bienestar. En mis clases, utilizo teorías de Piaget, Vygotsky y Bandura para explicar cómo aprende el cerebro, lo que mejora el rendimiento académico. Los alumnos descubren por qué procrastinan, cómo manejar la ansiedad ante exámenes o cómo resolver conflictos de forma asertiva. Esto reduce el bullying, mejora el clima escolar y previene problemas como el suicidio juvenil. Además, la Psicología fomenta empatía: entender que cada persona tiene una historia única combate la discriminación por género, origen étnico o condición socioeconómica.

Complementariedad entre ambas disciplinas: Filosofía y Psicología se complementan perfectamente. La primera proporciona herramientas lógicas y éticas; la segunda, conocimiento científico del comportamiento humano. Juntas forman una educación humanista que equilibra razón y emoción. En el marco de la Ley 070 Avelino Siñani - Elizardo Pérez, estas materias contribuyen a los pilares de la educación descolonizadora, productiva y comunitaria, al promover el "suma qamaña" (vivir bien) desde la reflexión filosófica y el equilibrio psicológico.

Filosofía y Psicología no son lujos educativos: son necesidades. Forman personas que no solo saben, sino que saben ser y convivir. En un Bolivia plurinacional en constante transformación, estas disciplinas son la base para construir una sociedad más justa, reflexiva y emocionalmente sana.

Como educadores, debemos defender su lugar central en el currículo. Solo pensando críticamente y conociéndonos a nosotros mismos podremos transformar la realidad.