LA INCLUSIÓN EDUCATIVA, DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA EN LA FORMACIÓN SUPERIOR.
Escrito Por: Lic. Faviano Espíndola Urquiza

La inclusión educativa es un derecho fundamental de todas las personas, independientemente de sus capacidades. En Bolivia, la inclusión educativa de personas con discapacidad auditiva en la educación superior sigue siendo un reto significativo, a pesar de los avances legislativos que promueven una educación inclusiva. La Ley General para Persona con Discapacidad (Ley N° 223) y la Ley 070 de Educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez subrayan la necesidad de garantizar la igualdad de oportunidades en la educación para todas las personas. No obstante, la implementación efectiva de estas leyes enfrenta varios desafíos, especialmente en lo que respecta a la formación de futuros maestros.
La falta de adaptaciones en las aulas, como intérpretes de lengua de señas, sistemas de amplificación de sonido o tecnologías asistivas, representa una barrera significativa para estos estudiantes. Aunque algunas entidades educativas han hecho esfuerzos por adaptar sus espacios, la falta de recursos sigue siendo un obstáculo importante que limita el acceso a una educación de calidad para las personas con discapacidad auditiva.
Además de las barreras físicas, la formación y capacitación docente es un factor determinante para la inclusión efectiva de estudiantes con discapacidad auditiva. Los programas de formación de maestros no abordan de manera suficiente las necesidades específicas de estos estudiantes. Muchos docentes carecen de las herramientas pedagógicas necesarias para enseñar de manera inclusiva, ya sea por la falta de formación en lengua de señas, estrategias didácticas adaptadas o el uso de tecnologías accesibles. Esta carencia de preparación genera una exclusión implícita de los estudiantes con discapacidad auditiva, quienes no reciben el apoyo adecuado para su desarrollo académico y personal.
Otro desafío importante es la estigmatización y discriminación social que enfrentan las personas con discapacidad auditiva. Aunque existen normativas que promueven su inclusión, en la práctica muchas veces son tratados como un grupo separado o con limitaciones para participar plenamente en el proceso educativo. Esta percepción errónea limita las oportunidades de aprendizaje y desarrollo de los estudiantes con discapacidad auditiva, afectando negativamente su autoestima y su motivación para continuar su formación.
A pesar de estos obstáculos, existen varias oportunidades que pueden mejorar la inclusión de estudiantes con discapacidad auditiva en la educación superior. Primero, la implementación efectiva de políticas públicas inclusivas puede garantizar que las instituciones de educación superior sean espacios accesibles para todos. Las leyes que promueven la inclusión deben ir acompañadas de recursos financieros adecuados y de un sistema de monitoreo que asegure su cumplimiento. Además, las instituciones de formación superior deben hacer un esfuerzo por crear espacios inclusivos a través del uso de tecnologías adaptadas representa una de las oportunidades más prometedoras para mejorar la accesibilidad en el aula. Plataformas educativas que ofrezcan subtítulos en tiempo real, aplicaciones de traducción de lengua de señas y otros recursos tecnológicos pueden facilitar el acceso a los contenidos académicos y mejorar la participación de los estudiantes con discapacidad auditiva. Las instituciones de educación superior deben invertir en estas tecnologías para crear un entorno más accesible y dinámico.
La formación y capacitación continua de los docentes es otra medida clave para garantizar una educación inclusiva. La formación de futuros maestros debe incluir asignaturas que aborden la educación inclusiva, con un enfoque específico en discapacidad auditiva. Esto les permitirá adquirir las herramientas necesarias para adaptarse a las necesidades de los estudiantes con discapacidad auditiva y brindarles una educación de calidad. De esta manera, los docentes podrán contribuir a la creación de un entorno educativo en el que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades, puedan desarrollarse de manera plena.