El cuerpo técnico y la dirección de la escuela felicitaron a los niños por su excelente desempeño, resaltando que el verdadero valor está en el esfuerzo y la dedicación, más allá de los resultados obtenidos. Cada partido fue una oportunidad para crecer y aprender, y se destacó que la gloria siempre es para Dios, independientemente del marcador final.

El directorio de Gran Moxos enfatizó la importancia de seguir trabajando para mejorar y alcanzar nuevos logros. Los niños regresan a casa con lecciones valiosas y con la satisfacción de haber representado dignamente a su equipo en un torneo de alto nivel.

Asimismo, la escuela agradeció profundamente el esfuerzo y sacrificio de los padres y madres, quienes han invertido tanto en el desarrollo de sus hijos como en el sueño de verlos crecer como deportistas. Su apoyo incondicional ha sido clave para el éxito de este proyecto, que busca formar no solo buenos futbolistas, sino también grandes seres humanos.