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LAS INUNDACIONES PERIODICAS EN EL BENI

Por Daniel Bogado Egüez

LAS INUNDACIONES PERIODICAS EN EL BENI

El fenómeno natural de las inundaciones que sufre el Beni periódicamente, se da por su ubicación geográfica, los llanos, por debajo de los 200 mts sobre el nivel del mar. Es decir, somos un departamento extremadamente bajo. Alguien dijo: “el Beni necesita varias volquetadas de tierra en tiempo de lluvias y varios tanques de agua en tiempo seco”. Al tener límites con los tres departamentos del eje troncal, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, recibe todas sus aguas que les llega producto de las lluvias. Las aguas de La Paz se canalizan y desembocan en el rio Beni. Las aguas de Cochabamba a través del Ichilo, Isiboro, Sècure se canalizan por el Mamoré, también las aguas de Rio grande de Santa Cruz, bajan por el Mamorè, mientras las aguas de Yapacanì se canalizan a la subcuenca del Iténez.

Después de muchos años, y como ningún otro, ha llovido bastante en el eje central y como era de esperar, las aguas   bajaron y provocaron el desborde del Rio Beni y Mamoré. Producto de este rebalse se inundaron los campos de Rurrenabaque, Reyes y Santa Rosa en la provincia Ballivián. También las comunidades chimanes  de San Borja se vieron afectadas por el rebalse del Rio Maniqui. Al respecto de este río, se viene advirtiendo a las autoridades de los tres niveles del Estado desde hace años, que   deberían hacer una limpieza al sector de la Palizada que obstruye el flujo de las aguas y provoca anegamiento a las comunidades ribereñas afectando los sembradíos y casas de los indígenas chimanes que cada año, deben trasladarse al pueblo.

En la parte sur las comunidades indígenas del TIPNIS están gravemente afectadas en sus viviendas y sembradíos poniendo en riesgo la seguridad alimentaria incluso su seguridad física. En la parte central, el sector agrícola y sobre todo ganadero está inundado, produciendo mortandad considerable de ganado vacuno y caballar. Las poblaciones de Santa Ana del Yacuma, San Ignacio de Mojos, San Borja, Reyes, Rurrenabaque, Santa Rosa, San Joaquín, después de 11 años se están viendo afectados nuevamente. Nos preguntamos: ¿se repetirá la misma historia? ¿Todos los años tendremos inundaciones?,¿Qué va a pasar con el departamento del Beni?.

Previniendo esta situación algunos municipios han elaborado programas de alerta temprana, otros han construido defensivos en base a terraplenes y deflectores, otros han levantado caminos y carreteras, pero algunos no les dio tiempo para hacer obras y nuevamente se verán en peligro de sufrir inundaciones dependiendo de la cantidad de agua que reciba y el comportamiento de los ríos.

Pero al margen de que haya más o menos lluvia este año, la grave experiencia de 2014, nos enseñó que debemos estar preparados para este tipo de acontecimiento. Sin embargo, esperamos el último momento para tomar precauciones, a las carreteras no se les hizo el adecuado mantenimiento y se corre el riesgo que algunas poblaciones estén nuevamente aisladas. En las ciudades y poblaciones no se hizo una limpieza de arroyos y cunetas y las calles nuevamente se alagan con las primeras lluvias.

¿Cuándo entenderemos que somos una región amazónica que convivimos con dos tiempos marcadamente diferenciados, tiempo de agua y tiempo seco?. El tiempo seco es para hacer obras que permitan resguardar a las personas, animales y sembradíos para el tiempo de agua. Además, no debemos satanizar el tiempo de agua. Es el mejor momento en que los turbiones trae nutrientes a nuestras infértiles tierras, trae peces y líquido en abundancia para saciarnos en tiempo seco. El agua nunca es mala, el agua es vida, sobre todo si es agua dulce. Es el mejor tiempo para conocer el Beni a remo o motor.

El problema es que, las autoridades al no haber realizado obras de prevención en tiempo seco, como rellenar calles, construir terraplenes, se dedicaron al arreglo de plazas, llega el tiempo de agua y culpamos a este tiempo como malo, llegó el mal tiempo incluso  lo maldecimos.

Por eso es bueno conocer nuestra historia, donde los antiguos indígenas lograron vencer a los dos tiempos de manera valiente y con mucho trabajo comunal. Para guarecerse de las inundaciones hicieron lomas artificiales y para tener agua y peces en tiempo seco construyeron lagunas, sembraron en camellones. Que enseñanza más grande nos dieron nuestros antepasados. ¿por qué no aprendemos esta lección?, ahora que contamos con maquinaria pesada es más fácil hacer terraplenes, lomas y pozas para tiempo seco. Esas obras de levantamiento de tierra debemos priorizar en las POAS tanto departamental como municipales. Después que ya nos vemos afectados acudimos a pedir ayuda. Ahora incluso hicimos vigilia para que los senadores aprueben PRESTAMOS internacionales y no lo hicieron.

Lo cierto es que no podemos seguir en esta línea de dependencia, que muchas veces hasta mella nuestra dignidad, pues como Departamento parte de este girón patrio, tenemos derecho a vivir y gozar de buena infraestructura carretera, contar con servicios básicos y contar con seguridad alimentaria y ciudadana. Por su parte, los ganaderos tienen que invertir en obras de tierras, construir lomas para  que no disminuya más su  ganadería.

Esperemos que en este nuevo año electoral, los candidatos, prioricen obras de impacto en el Beni, ya no queremos parches. Necesitamos el Puente sobre el Rio Mamoré en Trinidad, el Puente Bioceánico en Guayaramerín. Necesitamos infraestructura caminera en la parte central del Beni, la carretera asfaltada Trinidad Guayaramerín con su ramal Puerto Ustarez. No es posible que sigamos con la carretera de tierra en Santa Ana del Yacuma, Magdelana, Baures, Huacaraje, el Carmen, Ibiato,  Casarabe, Loreto.  Los pobladores de las comunidades y poblaciones provinciales ya no pueden vivir en zozobra y comprando los productos de la canasta familiar a precios muy elevados y con esta crisis económica que nos agobia a todos los bolivianos.

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