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Las Misiones Jesuíticas y su impacto socioeconómico en Moxos hoy Beni

Por Daniel Bogado Egüez

Las Misiones Jesuíticas y su impacto socioeconómico en Moxos hoy Beni

A partir de la época colonial existen más datos bibliográficos sobre los pueblos indígenas de mojos, las primeras referencias versan sobre las incursiones de militares españoles a la región de mojos en busca del Gran Paitití o el Dorado, posteriormente y ante el fracaso de encontrar las riquezas que buscaban, la conquista  asumió un carácter evangelizador; es decir  se transformó en una conquista espiritual comandada por tres órdenes religiosas:  según Armentia (1905) los franciscanos  ingresaron por Apolobamba (La Paz),  mientras que Chávez Suárez (1986) afirma que los Dominicos ingresaron a Mojos por el Quetoto (Cochabamba) y los jesuitas por  el Guapay (Santa Cruz).

Los jesuitas tuvieron mayor éxito pues entablaron una especie de “pacto reduccional” con los nativos como sostiene Lehm (1991; 1999) a cambio de protección, frente a los mercaderes y mercenarios, que ingresaban desde Santa Cruz y Brasil para llevar a los indígenas como esclavos. Los jesuitas adoptaron el modelo de las reducciones que consiste en reunir a diferentes grupos indígenas en asentamientos nucleares, más tarde llamados pueblos. De esta manera los jesuitas contribuían a la Corona Española al establecimiento de fronteras humanas (Reducciones) para frenar el ingreso de los lusitanos que ponían en riesgo la parte occidental del Alto Perú donde se encontraban las minas de oro y plata. A partir de este encuentro entre indígenas y religiosos surge la cultura reduccional de los llanos de mojos donde convergen lo nativo con lo europeo, como sostiene Block:

“En realidad, los impresionantes complejos de Mojos pueden atribuirse a dos factores. El primero, la población nativa, gobernada por sus propios jefes y en buena medida, por los estilos aborígenes de trabajo, proporcionó una espontánea mano de obra durante el siglo jesuítico. El segundo, los misioneros su institución religiosa aportaron una infraestructura con base en Europa que se apoyaba en conocimientos técnicos y grandes inyecciones de capital extraído de la economía del Perú español, Block (1977:95).

Los misioneros incorporan a la economía tribal la crianza y cuidado de ganado vacuno y caballar, Así mismo introdujeron técnicas agrícolas como el arado con bueyes para una agricultura a mayor escala. Por medio de los tejidos de algodón el sistema de producción de subsistencia se vincula al mercado colonial, es decir de una economía tradicional pasan a una economía de mercado   en la cual se desenvuelven los mojeños hasta el día de hoy.

En cuanto a la organización social y política, Orellana (1704) indican que estaban regidos por un Cacique y que la autoridad de este era muy limitada. En el proceso de concentración de las poblaciones en Reducciones se instituyeron los Cabildos Indigenales y surgen las parcialidades.

En los espacios físicos de las Reducciones se fueron consolidando los actuales centros urbanos del Beni como Loreto, Santísima Trinidad, San Ignacio de Mojos, San Javier, San Pedro, San Joaquín, Magdalena, Baures, Santa Ana del Yacuma, Exaltación de Cayubabas, San Borja, Reyes y otros. En estas reducciones se logró articular la vida religiosa con las nuevas actividades productivas centradas en la ganadería, agricultura a mayor escala, y la artesanía.

En el fondo esta transformación tenía el objetivo   de convertir a los indios de gentiles en “neófitos cristianos, aunque Block (1972) indica que en Mojos esta cultura reduccional con frecuencia más que transformarlas, preservó y enriqueció las formas nativas”. Los jesuitas lograron fundar unos 27 centros poblados o reducciones en tres etapas.

El contacto de los indígenas con los misioneros religiosos, marcaron profundamente todo su accionar en el plano económico social, político y cultural. Pero el que lubrica este andamiaje es el ritual católico con sus diversas expresiones, ritos, mitos y normas (Vargas Ugarte 1964). Sin embargo, y en todo momento estaba presente el elemento del retorno a los parajes pre coloniales.

Entonces estaba presente la lucha entre la concentración y la dispersión que los curas tenían que apaciguar constantemente unas veces con regalos, otras veces con castigos “ejemplarizadores” que no permitiese la fuga masiva a los bosques. Pero en este tire y afloje se fueron consolidando las nuevas formas de inserción del indígena a la administración colonial  a través de su mano de obra.

Pero se debe entender que en Moxos el proceso de colonización fue muy diferente al de occidente. Por eso ellos luchan por la descolonización. Como veremos en el próximo número con la expulsión de los jesuitas se desmorona todo ese andamiaje socio económico y espiritual que costó casi un siglo.

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