Los países se desarrollan por la toma de decisiones de inversión sostenibles en el marco de la moralidad
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Ph. D. Alfredo Eduardo Mancilla Heredia.
Doctor en Economía.
Posdoctoral en Formación de Investigadores.
Profesor universitario internacional.
La cultura es sinónimo de riqueza de una nación que ha trabajado su modelo de salud, nutrición y educación para la producción que aproveche la diversidad de sus pisos ecológicos y nacionalidades en la línea del constructo de una identidad múltiple dentro el marco de la moralidad, el liderazgo y gobernanza en democracia por mayoría y minoría en consideración de pactos fiscales que se asocien a la territorialidad enfocada en la economía circular que evite la migración a las ciudades alejadas del orden y que se consolidan en muladares de informalidad, cuando el objetivo es el de asegurar la producción agropecuaria, la calidad y calidez de vida en cada uno de los municipios de los departamentos.
Argumento duro para reflexionar al podrido que juega a la gerencia pública en diferentes espacios, siendo incisivo en el ataque a la inmoralidad del sujeto mediocre enraizado en su espíritu animal y el gen egoísta, propiciadores del ego, la distorsión sexual o adicción catalogada en la imbecilidad, abuso de poder y nulidad de empatía que espantan la credibilidad de la sociedad, endureciendo la conflictividad y el riesgo país con evidente ausentismo de la inversión nacional y extranjera.
Gestionar rendimientos crecientes en la economía implica asumir el diagnóstico de la realidad, dejando de lado la improvisación, fomentando la comunicación asertiva en el espacio público con la finalidad de priorizar la demanda y el compromiso para que los proyectos de corto, mediano y largo plazo, estudiados en viabilidad, gestión de riesgos y fiabilidad, logren resultados e impactos favorables a la economía desde la interdisciplina y gestión del conocimiento, asumiendo que los agentes económicos cumplen sus roles.
Por el contrario, los rendimientos decrecientes se asocian a la actuación política del degenerado, vicioso y malversador, que con su equipo de hipócritas y/o cretinos mellan la institucionalidad generando la depresión, cuya ruta coliga la toma de decisiones abusivas que inciden en los sentimientos y solidaridad de una economía que conceptual y filosóficamente representan organización complementada por la eficiencia que hace praxis de la equidad.
Al cavilar nos preguntamos: ¿Cómo afectan la corrupción, la informalidad y la ilusión monetaria de los gobernantes degenerados, desinteligentes emocionalmente y megalómanos a los rendimientos decrecientes en el análisis del ciclo económico, y de qué manera puede un enfoque de economía circular circunscrita a la mediana decencia, fortalecer la institucionalidad propiciando rendimientos crecientes?
En concordancia a la interrogante y a la aplicación de un análisis multivariable, hemos podido determinar la causalidad critica, cuya raíz desnuda la inopia, inmoralidad y la gerencia mediocre como promotoras de la disfunción e hipocresía que tienen los agentes económicos y políticos que actúan en la informalidad relacionada a la interacción sucia, promoviendo el posible paso de la estanflación hacia la depresión en caso de continuar la extorsión circular que se hacen los políticos prisioneros de la obscenidad individual y/o familiar.
La solución a los problemas económicos, no puede abordarse de manera aislada, requiriendo de un enfoque integral para el fortalecimiento de la democracia y por supuesto, evitándose la reelección del residuo político, enviciado en la estrategia de dañar la integridad de la la niñez, juventud y las generaciones venideras.
La combinación de reformas institucionales, aplicación concreta de la regulación y la implementación de un modelo económico circular, la mejora de la transparencia con muerte civil para el “caco” y el “macaco”, además de sus seguidores, podrían revertir los ciclos económicos negativos, favoreciendo un entorno de inversiones ecológicas para el crecimiento sostenible.