Matrimonio infante adolescente: un capítulo negro que no termina de escribirse en el día a día beniano
En América latina existen 9 países que prohíben el matrimonio antes de los 18 años, tristemente Bolivia, no es uno de ellos; en nuestro Estado está legalizado el matrimonio civil desde los 16 años, pero antes de la modificación al Código de las Familias, estaba permitido el matrimonio desde los 14 años para las mujeres.

En este contexto, dentro de nuestro departamento, se puede evidenciar en las comunidades, las uniones entre niñas o adolescentes con hombres que les doblan o triplican la edad. La gran mayoría no son registradas en el SERECI, porque se llevan a cabo mediante prácticas culturales.
La Directora de la División de Asuntos de Genero de la CEPAL, expreso sobre los matrimonios infante adolescentes en un informe dado el 2023:
“constituyen una violación a los derechos humanos de las menores, son fenómenos relacionados con violencia, pobreza, abandono escolar, embarazo adolescente… esta práctica nociva limita fuertemente la autonomía económica, física, y la toma de decisiones de mujeres y niñas”
A continuación, conoceremos el testimonio, de una sobreviviente, María (nombre ficticio) de esta situación que es, una más de las formas de violencia perpetuada constantemente en el Beni contra las mujeres.
LPB: ¿De dónde es? ¿Cómo fue su infancia?
M: Soy de la Comunidad Indígena Bella Selva de la provincia Marbán, el 14 de noviembre es mi cumpleaños
LPB: ¿Cuántos años tenía cuando la casaron, cuantos años tenía el hombre con quien la casaron?
M: Tenia 13 años, iba cumplir 14, trabajaba de niñera aquí en Trinidad. viene mi mama con mi padrastro y me llevan, pidieron permiso en mi trabajo, nos fuimos en un camión grande, con cuero de curtir. Llegamos, allá, a la comunidad de Begoña, y ya ellos habían palabreado con el hombre no, con el profesor, él es profesor jubilado; él tenía 38 años, imagínese, yo tenía 13 años y él tenía 38 años.
LPB: ¿Cómo le comunicaron que se iba a casar? ¿Cómo se sintió al saber que se iba casar, comprendía lo que ocurría?
M: A mí no me comunicaron, no, yo me salí del trabajo, me llevaron a una casa en Begoña, allá estuve una semana; un día de esos apareció el profesor, se sentaron con mi padrastro y mi madre, estábamos moliendo arroz con mis hermanos. Me llamaron a mí, directamente y me dijeron que él iba ser mi marido, entonces, me quede ahí nomás, no volví a trabajar; a la semana volvió él y le dijo a mi padrastro que nos alistemos, que iba venir una movilidad, para ir al matrimonio civil. Yo no sentía nada, porque yo no sabía nada, que era un matrimonio, que era casarse, que era ser marido y mujer… no tenía idea, entonces. Eso paso, porque le estorbábamos a mi padrastro, le pesaba un plato de comida, le pesaba hacernos estudiar; seguramente mi madre, para no estar peleando, sufriendo con nosotros, ¿Qué más le quedo? Criarnos un poquito y de ahí aceptar lo anunciado por mi padrastro.
LPB: ¿Qué sueños tenía antes de casarse? ¿Qué era lo que más le gustaba hacer?
M: Yo no soñaba nada, todavía yo estaba de 13 años, antes no había esa comunicación, no tenía idea, peor que sea un sueño el tener, lo que me decían, era mi trabajo de mujer, no tenía idea yo.
LPB: ¿Qué es lo que se espera de una mujer en su comunidad? ¿Cuál es el papel de la mujer?
M: Como mujer en una comunidad, a mí que más me esperaba, si ya estaba casada, tenía que cocinar, lavar, eso me esperaba, aunque yo, casi no sabía, después parir los muchachos, eso era lo que se esperaba, aunque una no lo haya querido.
LPB: ¿Conocía sobre salud sexual o sobre sexualidad antes de casar?
M: Antes no pasaban los profesores eso, escondían esa información, era como un secreto, que sepamos lo que era un pene, una vagina. Yo recuerdo que no informaban directamente como ahora, una no sabía que una podía embarazarse, a qué edad podía tener marido; mi madre y mi padrastro nunca no decían nada.
LPB: Podría relatar cómo fue su casamiento
M: Bueno, yo, no sabía, a que iba ir, como iba firma, que era lo que iba firmar, me trajeron nomas. No hubo ninguna explicación, mi testigo era una prima mía, y ella fue la que le dijo a mi mama que por que me estaba casando con un hombre mayor, tenía 13 años; terminamos de firmar y me puse a jugar pelota con mis hermanos en la calle. Aparte que una no sabía que iba pasar después, no sabía que era el aparato del hombre, yo sentí que me rompió, me hizo sangrar mi parte intima; mi suegra tuvo que llevarme al médico para hacerme costurar, unos puntos, entonces eso fue lo que paso... es algo que no me olvido nunca. Yo no quería volver a verlo, no quería echarme con el hombre, sinceramente lo que paso fue una violación… es difícil y triste para mi contarlo.
LPB: ¿Experimento violencia física, violencia psicológica o violencia sexual durante su matrimonio?
M: Como le venía diciendo, creo que ya le adelanté un poco de la respuesta, violencia yo sentí porque después de casarme vine a casa de mi suegra, llego la noche… sufrí esa violación; luego el me pedía que me eche, yo no quería, me quede llorando en la orilla de la cama y ahí amanecí, le tenía miedo. Al otro día se levantaron todos en casa de mi suegra, ella me vio que no podía caminar, no me podía levantar porque sangraba y me dolía, yo lloraba y el me rateaba. Sufrí violencia, en palabras, física y también, porque quisiera o no, tenía que aceptarlo… a veces me dan ganas de llorar cuando me acuerdo de eso, les he contado a mis hijos como fue mi vida
LPB: ¿Cómo se sentía y se veía a si misma luego que la casaron?
M: Bueno, yo no sabía cuáles eran mis derechos, lo que hacía era llorar y llorar; quería irme donde mi madre, pero estaba aquí en Trinidad y mi familia en el campo, el camino era feo, se tardaba unas dos semanas. No sabía que era lo que me iba pasar.
LPB: Algo que quiera decir a las niñas de las comunidades
M: yo les he contado a mis hijos para cuiden a mis nietas, para que no repitan mi historia. Me ha costado mucho, pero pude liberarme, soy libre, y soy una dirigente en mi comunidad, luchando, a escondidas de mi marido que era en ese entonces, de a poco, hoy veo que las niñas de las comunidades sepan sus derechos.