Desde la Catedral de la Santísima Trinidad – Beni, el también presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, reflexionó a los que ejercen autoridad en nuestro país afirmando que todos debemos sentirnos hermanos en Cristo, sin importar la condición social, cultural, económica y política.

Monseñor Pesoa indicó que el escrito Sagrado señala dos maneras o actitudes humanas opuestas entre sí, el primero es el justo que se presenta como la persona fiel a Dios en todo su ser y actuar, y el segundo; un necio o impío, que se deja someter  y atrapar, por su deseo de tener ventajas pasajeras que ofrece el mundo, quien se condena y descalifica a aquellos que no piensan como ellos.

“Esta actitud se ahonda más cuando pone sus esperanzas en lo pasajero y terrenal. Porque tiene su mirada interesada en el poder, el dinero y el dominio”, argumentó la autoridad eclesial.

Agregó que la actitud y la mirada del justo y bueno, incomoda a las aspiraciones y comportamiento del injusto, “es decir, el comportamiento del bueno molesta, por eso traman su daño y muerte y así negar y desterrar a Dios de la vida del justo”, indicando además que el ser humano en su ambición, se conduce a la destrucción.

Explicó el obispo del Vicariato del Beni, que el modo de proceder del necio/injusto, olvida y niega el amor fraterno que debería manifestar en sus actitudes y obras que reflejen, la amabilidad, compasión, caridad, justicia, “tan tuerta y sorda y ausente en nuestros días” y la intolerancia que se ve con algunos y tolerancia con otros.

Monseñor Pesoa observando lo que acontece en nuestro país con el tema de los incendios dijo que, mientras se destruye el país con las quemas, a otros pareciera no importarles.

“Se están peleando o midiendo fuerzas quien puede tiene más poder. ¿Se ama a la patria Bolivia, o es solo para los discursos?”, exhortó.

La actitud o amor fraterno, dijo, no debe buscar la propia ambición personal, sino debe buscar el bien de todos, “y hacer voluntad de Dios, que hace salir el sol sobre bueno y malos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Dios no discrimina, acoge a todos”, recordó a los feligreses que se dieron cita a la Catedral de esa ciudad.

Apoyado en el Evangelio de hoy (Marcos 9, 30-37), monseñor Pesoa indicó que este pasaje pone énfasis en la importancia de ser discípulo que asimila y entiende las enseñanzas, que son traducidas en obra de vida.

“Ser católicos no se reduce a entrar en una Iglesia rezar y oír misa, sino tener los mismos sentimientos de Jesús”, reflexionó.

Siguiendo con el Evangelio, la autoridad eclesial indicó además, que Jesús rompe el esquema mental de los discípulos con su modo de enseñar y su forma de vida al decirles que: “ El que quiere ser el primero ha de ser el último de todos y servidor de todos”, (Mc. 9,35) recordó.

“Aquí la lección que debemos aprender cada día (…) aquellos que tenemos alguna autoridad. Ser el último es tener la actitud del niño que: en tiempo de Jesús, como ahora, son los más vulnerables”.

Monseñor Pesoa, antes de la conclusión de su homilía, realizó una pregunta a los fieles: ¿Somos servidores de todos o buscamos que los otros estén a nuestro servicio; cual es nuestro trato y conducta con aquellos que están bajo nuestra autoridad?

“Porque de nada servirá decir hermano, hermana cuando vamos que hay hermanos de primera y hermanos de segunda. El que quiera ser el primero sea el servidor de todos y no servirse de todos. Nos insiste el Evangelio de hoy”, respondió la autoridad Eclesial finalizando así la homilía de hoy.

OBISPO DEL BENI

Monseñor Pesoa observando lo que acontece en nuestro país con el tema de los incendios dijo que, mientras se destruye el país con las quemas, a otros pareciera no importarles.

“Se están peleando o midiendo fuerzas quien puede tiene más poder. ¿Se ama a la patria Bolivia, o es solo para los discursos?”, exhortó.

La actitud o amor fraterno, dijo, no debe buscar la propia ambición personal, sino debe buscar el bien de todos, “y hacer voluntad de Dios, que hace salir el sol sobre bueno y malos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Dios no discrimina, acoge a todos”, recordó a los feligreses que se dieron cita a la Catedral de esa ciudad.