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¿Quién es Daniel Morillo? El empresario que está redefiniendo el mapa agroindustrial del oriente boliviano

En un país donde el agro suele ser entendido como tradición más que como estrategia, Daniel Morillo, CEO del Grupo Empresarial MS, está demostrando lo contrario: que la tierra, cuando se combina con visión, tecnología y riesgo calculado, puede convertirse en el motor más poderoso de desarrollo nacional.

¿Quién es Daniel Morillo? El empresario que está redefiniendo el mapa agroindustrial del oriente boliviano

Su nombre se ha vuelto sinónimo de innovación y expansión en el sector productivo del oriente boliviano. Pero detrás del empresario hay una historia familiar y personal que explica por qué hoy es uno de los protagonistas de la nueva ola agroindustrial del país.

 

Un legado familiar que anticipó la integración del oriente

 

Morillo proviene de dos herencias empresariales que marcaron su carácter.

Por línea materna, su familia impulsó —ya en los años 80— la histórica demanda por la carretera Santa Cruz–Trinidad, desde la dirigencia del transporte pesado. Ese impulso por unir regiones no era discurso: era visión estratégica en una época en la que muy pocos hablaban de integración territorial.

 

Del lado paterno, hereda más de cuatro décadas de actividad empresarial, iniciadas con uno de los aserraderos más importantes del país. Su familia fue pionera en exportar madera boliviana a Argentina y en industrializar productos de valor agregado como pisos y decking.

Esa base industrial creció hacia servicios de catering corporativo para consorcios internacionales, maquinaria pesada y operaciones logísticas de gran escala.

 

Para Morillo, ese mosaico de sectores moldeó algo más importante que un currículum: le enseñó a interpretar la economía como un ciclo completo donde producir, transformar y servir son parte de una misma visión empresarial.

 

El Beni: no un destino, sino una decisión estratégica

 

Mientras muchos veían al Beni como un territorio desafiante, Morillo vio algo distinto:

la última gran frontera productiva de Bolivia.

 

Abundancia de agua, tierra fértil, espacio para expandir agricultura de precisión y un potencial agroindustrial sin explotar. Era, en términos empresariales, un lugar donde una visión podía construir algo que no existía.

 

Hoy lidera más de 1.500 hectáreas de arroz bajo riego tecnificado en la provincia Marbán, un proyecto agrícola modelo reconocido por la prensa nacional como el más innovador del departamento.

Tecnología, sistematización, eficiencia hídrica y sostenibilidad ambiental no son para él conceptos aspiracionales: son estándares mínimos.

 

Y ese proyecto marcó el rumbo: si el agro moderno podía funcionar en el Beni, entonces la industria también tenía espacio para nacer allí.

 

2026: el nacimiento del mayor polo agroindustrial del Beni

 

El proyecto más ambicioso de Morillo cristalizará en 2026 con la puesta en marcha del Parque Agroindustrial Don Rodolfo, un complejo empresarial que representa uno de los movimientos más audaces en la historia productiva beniana.

 

El plan incluye:

 

Ingenio arrocero de última generación

 

Planta de biodiésel y energía renovable

 

Planta extrusora de aceites vegetales

 

Producción de semillas certificadas

 

Centro de acopio y logística

 

Planta de alimento balanceado

 

Nuevas cadenas de valor para industria alimentaria

 

Este modelo se sostiene sobre una estructura financiera poco común en Bolivia: capital familiar, inversión privada cruceña y fondos internacionales especializados en proyectos alimentarios. La combinación lo convierte en uno de los proyectos más serios y estables del país.

 

En términos de impacto, Don Rodolfo no será simplemente una fábrica: será el primer ecosistema industrial integral del Beni, generando empleo, valor agregado y competitividad en un departamento históricamente relegado del mapa agroindustrial nacional.

 

Un liderazgo con mentalidad global y vocación nacional

 

En un entorno donde muchos empresarios miran hacia mercados externos para irse, Morillo mira hacia afuera para traer oportunidades al país. Sostiene negociaciones con instituciones técnicas de Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay para transferencia tecnológica, aumento de rendimientos y mejora en procesos de sistematización.

 

Su enfoque es claro: Bolivia debe dejar de exportar únicamente materia prima y comenzar a competir con alimentos industrializados de calidad global.

“Exportar es demostrar que el productor boliviano puede jugar en las grandes ligas”, afirma.

 

El empresario detrás del proyecto

 

Morillo combina tres elementos poco frecuentes en el ecosistema empresarial boliviano:

 

Mentalidad industrial heredada de la transformación maderera.

 

Resiliencia agrícola aprendida en el campo.

 

Visión de servicio captada de su etapa en gastronomía y logística corporativa.

 

Ese cruce de mundos lo formó como un empresario integral, con una lectura estructural del desarrollo y una convicción: el futuro económico de Bolivia está en industrializar el agro.

 

¿Quién es Daniel Morillo? La respuesta para Forbes

 

Es uno de los empresarios más influyentes de la nueva generación productiva del país.

Un innovador que entendió que el Beni no era un riesgo, sino una oportunidad.

Un estratega que cree en cadenas de valor, no en discursos coyunturales.

Y un líder que apuesta por un modelo empresarial donde la tecnología, la sostenibilidad y el impacto regional sean más importantes que la foto del día.

 

Daniel Morillo no solo está produciendo arroz.

Está construyendo —con inversión, visión y riesgo real— la plataforma agroindustrial que podría redefinir el futuro del oriente boliviano.

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