“Reconozcamos nuestras propias miserias humanas antes de pretender corregir los defectos de otros”
El monseñor Aurelio Pesoa, obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana celebró la Eucaristía y enfatizó en su homilía que las acciones y actitudes de cada persona revelan sus verdaderas creencias y esperanzas. Resaltó que una buena impresión superficial no perdura si no está respaldada por la verdad, la coherencia y la honestidad del corazón.

El monseñor subrayó la importancia de amar al prójimo y de estar siempre dispuesto a aprender de Jesucristo, advirtiendo sobre el peligro de convertirse en guías ciegos que engañan a los demás.
El obispo explicó que la participación en la Eucaristía no debe ser solo teórica, sino también práctica, manifestándose en el testimonio de vida guiado por la gracia del Espíritu Santo. Destacó que la Santa Misa es un momento para alimentar el alma, reflexionar y aprender en la presencia de Dios.
Invitó al prójimo a reconocer con humildad los propios errores y esforzarse por no repetirlos. Citó el Evangelio recordando la necesidad de quitar primero la viga del propio ojo antes de intentar sacar la paja del ojo del hermano, para evitar la falsedad y vivir manifestando el amor de Dios.
Finalmente, el obispo hizo referencia a los acontecimientos de muerte y violencia en el mundo, incluyendo la guerra y la delincuencia, y llamó a la “corrección fraterna” como un acto de buscar juntos el bien común. Invitó a revisar los pensamientos, palabras y acciones antes del inicio de la Cuaresma, discerniendo la verdad y buscando el bien de todos, para que este tiempo sea de crecimiento espiritual y servicio a los demás