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Reflexiones sobre empresa, educación y responsabilidad

Escrito por: Post Ph. D. Alfredo Eduardo Mancilla Heredia Doctor en Economía. Posdoctoral Currículo, Discurso y Formación de Investigadores

Reflexiones sobre empresa, educación y responsabilidad

En un mundo donde el éxito se mide con frecuencia por cifras y resultados económicos, surge una pregunta fundamental sobre la verdadera naturaleza de la competitividad. No tiene sentido avanzar si se ignoran los valores que sostienen a la sociedad. Competir sin ética, se convierte en un riesgo para la sostenibilidad y puede conducir al fracaso a largo plazo.

El modelo de negocio debe trascender la búsqueda de beneficio económico y centrarse en generar bienestar real y duradero. Cada decisión empresarial debe ser transparente, responsable y respetuosa con la comunidad y el medio ambiente. La innovación y las alianzas estratégicas requieren prudencia y reflexión ética, porque no todo lo que es posible es necesariamente correcto.

La gerencia de alto nivel enfrenta la responsabilidad de liderar con integridad. Un liderazgo ético se manifiesta en la coherencia entre palabras y acciones, en la capacidad de priorizar el bien común y en tomar decisiones que consideren tanto resultados como impactos sociales y ambientales.

El equipo técnico desempeña un papel central en la transformación de la estrategia en resultados. Su formación debe combinar habilidades técnicas con creatividad, pensamiento crítico y reflexión ética. Saber hacer es importante, pero hacerlo bien y con responsabilidad es lo que genera valor sostenido.

La ética también debe incorporarse en la educación desde los niveles más tempranos. En la primaria se deben fomentar la responsabilidad, la honestidad y la empatía. La secundaria consolida habilidades técnicas, pensamiento crítico y conciencia social. La formación técnica y universitaria combina práctica y responsabilidad social, mientras que los programas de posgrado desarrollan líderes capaces de equilibrar estrategia, resultados y valores.

La competitividad se redefine cuando integra ética, educación y capacidad técnica. No consiste únicamente en superar a otros en el mercado, sino en construir un sistema sostenible que genere valor para personas, comunidades y el planeta. Competir sin ética puede brindar triunfos temporales, pero compromete el futuro. Competir con ética garantiza la creación de un legado donde la economía, la innovación y la educación se orientan al bien común.

 

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