San Pedro, una cárcel que se alquila y que tiene el mayor índice de hacinamiento en Latinoamérica
No es un penal cualquiera, todo tiene precio en la cárcel paceña donde los reclusos sobreviven aplicando la ley del más fuerte y en función a la capacidad económica.
Entres sus elevadas paredes hay una pequeña ciudad. La cárcel de San Pedro está en el corazón de la ciudad de La Paz, en medio de edificios y casas familiares.
No es un penal cualquiera, tiene el mayor índice de hacinamiento en Latinoamérica, su población alcanza a 3.935 personas, pero fue diseñado solo para 400 reclusos, según los informes oficiales.
Esta situación ha generado cobros irregulares. “Los culpables viven de los inocentes”, reveló una persona que prefiere mantener su identidad en reserva y que vivió en ‘carne propia’ esta realidad.
Otro contó que los delegados “son los primeros en ver si tienes plata o no tienes plata”. “Adentro hay alcohol, hay droga”, sentenció.
Todo tiene precio. En San Pedro los reclusos sobreviven aplicando la ley del más fuerte, dominado por la capacidad económica.
La sección en la cual ingresa un detenido se denomina Grulla. Ahí son recibidos por uno de los delegados principales, quien junto con su gente se encarga de ejecutar los primeros cobros.
“Ellos tenían celulares, hacían llamadas, les decían que estábamos bien, que necesitábamos algo. Pero el objetivo de esas llamadas era a nuestros familiares para indicarles, decirles que si es que no pagan, nosotros la íbamos a pasar mal”.
Ahí comienzan los hechos irregulares. Después de una semana se debe pagar el ingreso a una de las secciones del penal, que se convertiría en su nuevo “hogar” durante el tiempo de detención. Pero no es todo. Luego hay que pagar un alquiler mensual.
“A mí me hicieron pagar mil dólares como derecho de piso. Ahí tenía que alquilarme en un lugar donde poder vivir”, relató el recluso.
El penal tiene 10 secciones. Los reclusos llegan a pagar hasta Bs 7.000 por mes.
¿Qué pasa con quienes no tienen para pagar? “Viven de forma, por así decir, milagrosa, porque como no han pagado su sección, los tienen trabajando como si fueran sus lacayos, principalmente los delegados”, señaló uno de los exreclusos.
El culpable vive del inocente, aseguran quienes pasaron en algún momento por San Pedro.
¿A dónde va el dinero? “Todo estaba dirigido por el coronel. En vano nosotros nos queríamos quejar de todos los abusos”, señaló el entrevistado.
La Defensoría del Pueblo tiene conocimiento de las denuncias sobre los cobros irregulares y la Dirección de Régimen Penitenciario las confirma.
Sobre la supuesta distribución del dinero entre delegados y la gobernación del penal, el director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, respondió: “Creo que a veces hay ciertos temas que exageran. Nosotros, en nuestra gestión, hemos ido cortando este tipo de situaciones que como viejas praxis se daban en centros penitenciarios”.
Los alquileres e ingresos no son los únicos cobros. Así lo denuncian quienes vivieron en esta pequeña ciudad.
Redacción: Unitel Digital