Velarde afirmó que el modelo económico actual ha fracasado al no garantizar el suministro de un recurso tan esencial. “Los bolivianos estamos sufriendo con el desabastecimiento de combustible”, declaró, subrayando el impacto que esta situación tiene en la vida diaria de los ciudadanos de Beni.

La senadora informó que, en sus recientes visitas a las provincias Iténez y Mamoré, pudo constatar el grave problema de escasez. “En las provincias están comprando la botella de dos litros a 20 bolivianos, hasta 22 bolivianos, y eso es un perjuicio para el bolsillo de ese ciudadano que trabaja el día a día”, comentó.

 Añadió que, en algunas provincias, las personas deben hacer filas de hasta 72 horas para obtener combustible, lo que paraliza el trabajo en los sectores productivos.

La senadora enfatizó también el impacto en el transporte y en el mantenimiento de infraestructura vial. “Los gobiernos municipales están paralizados porque no tienen el diésel necesario para trabajar con maquinaria pesada. Las carreteras, como la de Trinidad a San Ramón y Magdalena, están en mal estado”, afirmó, haciendo un llamado al gobierno para que cumpla con las responsabilidades asignadas a la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), cuyo trabajo podría verse afectado también por la falta de combustible.