Siglos de ofrenda de servicio por amor a Dios
Por: Devy Gonzales Menacho
Su ferviente fe las lleva -aunque con el paso cansado- cada lunes, miércoles y sábado a las 7:00 de la mañana a la catedral de la Santísima Trinidad, ahí, en mojeño trinitario, levantan rezos y cánticos al Dios que aman.
Se comunican con Dios para clamar por el alma de la población, limpiar la iglesia y más especial aún, se conectan entre ellas para conocerse, celebrar sus tradiciones y dejar un legado cultural que reafirma su esencia que no se apaga, que las mantiene vivas incluso después del luto, a través del tiempo y sus cambios.
Al llegar a la edad adulta, la mujer indígena que radica en el municipio de la Santísima Trinidad (capital beniana) especialmente durante la tercera edad, por voluntad propia decide unirse a la parcialidad de las mamitas abadesas del cabildo indigenal, una comunidad que hace tres siglos mantiene sus tradiciones.