El conflicto surgió entre dos grupos: aquellos que esperaban abastecerse con galones y quienes estaban en fila con sus motocicletas. Las personas con galones, al no haber alcanzado a comprar combustible durante el día, solicitaron que se extendiera la venta más allá del horario establecido. Por su parte, los conductores de motocicletas insistieron en que, conforme a la normativa, la venta en galones debía detenerse a las 6 de la tarde para que continuara el flujo de la fila de motos.

“Es un caos, todos queremos cargar gasolina, pero parece que nadie quiere respetar los horarios o las filas”, expresó uno de los testigos en la estación, quien observó el intercambio de palabras cada vez más intenso. “Estábamos al borde de una pelea porque nadie se ponía de acuerdo; ya ni siquiera importaba el combustible, sino quién tenía el derecho de comprar primero”.

La situación generó preocupación en la comunidad de San Borja, donde la escasez de combustible y las restricciones han afectado tanto a los trabajadores del transporte como a otros sectores que dependen de la gasolina para sus labores diarias. No se reportaron enfrentamientos físicos en esta ocasión, pero el incidente evidencia la tensión creciente en torno al suministro de combustible en la región.