La presidenta de la Asociación de Magistrados del Beni (AMABENI), Erika Melgar Bravo, señaló: “La misión de administrar justicia y ser designado juez no solo es un título que se adquiere con el transcurso de los años, sino también es un servicio de amor, honestidad, transparencia e igualdad, de dar a cada quien lo que corresponde”.

“Algunos dirán que es una labor sencilla, pero no es así. Es una función que requiere años de estudios, días de incansable lectura e investigación para encontrar la verdad y aplicarla en todos los casos que son puestos a nuestro conocimiento, y fallar con la sabiduría que Dios nos brinda”, agregó.

En el Día del Juez Boliviano, se hizo llegar un afectuoso saludo y reconocimiento a las juezas y jueces por la encomiable labor que desempeñan en la administración de justicia, instándolos a continuar en el ejercicio de la profesión con un compromiso renovado de servir a la población con responsabilidad, honestidad y celeridad.

Por su parte, Roberto Ismael Nacif Suárez, presidente del Tribunal Departamental de Justicia del Beni, recordó al novelista francés Marcel Proust: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”; lo cual, según él, “nos debe inspirar a mejorar lo que está en nuestro alcance, lo que podemos cambiar y sobre lo que podemos influir positivamente”.

“Somos jueces solo cuando nos comportamos como tales. Un juez que no actúa con la debida conducta sigue siendo juez solo formalmente, pero pierde su esencia ante los ojos de la sociedad”, enfatizó.

Nacif Suárez remarcó que al ser juez no se debe aspirar a ser un ideal vano o una utopía; no es un ser elevado a los altares de la perfección. El juez es de carne y hueso, convive con sus debilidades pero las enfrenta diariamente; yerra como todos, pero cada error es una oportunidad para superarse, y eso se refleja en su vida diaria y en las obras que de ella quedan.

En esta ocasión del Día del Juez, se rinde tributo a los jueces que, sin llevar una señal divina en la frente, tienen la cualidad de ser hombres y mujeres de bien, fundamento primigenio para ejercer la magistratura con decoro.

“Recordemos que no todo hombre de bien debe ser un hombre de Derecho, pero todo hombre de Derecho debe ser necesariamente un hombre de bien”, concluyó.

Felicitó a quienes, en esta oportunidad, vieron reconocida la labor de los jueces que diariamente demuestran su compromiso con la sociedad y la institución.