Autoridades eclesiásticas, originarias y de diferentes instituciones de Trinidad rememoraron el domingo la entrada de Jesús a Jerusalén, hecho que inicia la Semana Santa para recordar el sacrificio del Hijo de Dios para salvar a la humanidad del pecado.

Como acontece cada año la procesión con danzas folklóricas y feligreses portando hojas de  palma partió desde inmediaciones del Comité Cívico del Beni hasta llegar al atrio de la Catedral, donde se realizó una celebración religiosa.

La imagen de Jesús montado en un asno fue cargada durante el recorrido para recordar el recibimiento apoteósico realizado por los judíos hace miles de años.

“El Domingo de Ramos es la memoria que se hace cada año  de la entrada de Jesús a Jerusalén y en la Iglesia Católica se rememora aquel acontecimiento  para que se hiciera realidad una promesa que Dios hizo, que su hijo sería exaltado, pero al mismo tiempo sería humillado con la muerte”, dijo el obispo del Beni, monseñor Aurelio Pesoa.

Hizo un llamado a vivir la esencia de la espiritualidad de ese acontecimiento salvador ya que para ello se bendijeron los ramos, que se usan cuando hay tormentas, enfermedades.

Previo a esa procesión, en horas de la mañana, autoridades del Cabildo Indigenal de Trinidad y de la parroquia de la Catedral ingresaron a esos ambientes la imagen de Jesús, montado en un asno, para que en horas de la tarde se realice la gran entrada que relata la historia esta vez con la participación de autoridades y la población.

Introdujeron esa imagen en el marco de  la tradición que conservan. Previamente tocaron tres veces la puerta y una vez abierta ingresaron con danzas folklóricas y vestidos con sus atuendos característicos

“Nosotros también hacemos esta entrada para derrotar el mal, todo lo que no sirve, la gente en esa época tendía sus ropas, sus sábanas para que el Señor pase”, dijo el dirigente originario Rubén Yuco.

Durante la misa en la mañana en el atrio se instalaron ventas de hojas de palma, que adquirieron los fieles creando así el ambiente para recibir con alegría al Señor.

Michel Nicol Velasco, dijo que hace tres años se dedica a tejer rosas, cruces de palmas que se venden a 3 y 5 bolivianos, de acuerdo al tamaño. El material lo consiguen en las comunidades asentadas sobre la carretera a Santa Cruz.

Dentro de las actividades oficiales el lunes se realizará la confesión de los jóvenes en la Catedral, que cada año acuden principalmente de unidades educativas.