Un poema de Rumen Stoyanov (Draganov, Bulgaria, 1941).
Consejos del albañil

Toda cosa sirve para escribir una casa, siempre que finques las bases del poema sobre la
tierra firme.
Construye con letras fuertes la pared, sin buenos ladrillos el verso se derrumba.
Con la pluma coloca la argamasa hecha de amor, sudor y esperanza y acomoda cada
palabra en su lugar como una piedra tallada.
No es obligatorio que la estrofa tenga cuatro paredes, pero debe quedar
terminada como un cuarto.
El título es el tejado del poema: con él la casa roza la vastedad.
Cuidado con la armazón de dolor y alegría:
el error más mínimo en su honestidad, y cualquier estructura será vana.
Y recuerda: una ventana abierta es más linda que una cerrada,
no te amuralles en el poema porque los otros no podrán habitar su belleza y vivirás en
ella solitario.
El resto es cuestión de gusto y de acabado.