Velada en homenaje al gran José Ballivian y conmemoración al departamento del Beni
Escrito por: María José Yabeta Sandoval
“Quijotesco soñador… visionario progresista”, descripción que se hizo del Gra Jose Ballivian durante el acto de homenaje a su persona y en conmemoración a los 183 años del Beni, llevado a cabo en la Casa de la Cultura del Beni, la noche del 9 de noviembre.
Arnaldo Mejia Mendez, Presidente de la casa cultural y autor del libro que retrata la vida y aporte de Ballivian al país, dio palabras alusivas a la fecha, resaltando el valor y coraje del General de Ingavi, algo que las páginas de la historia boliviana han olvidado.
Como parte de la noche se presentó a las soberanas del folklore trinitario, cada una bailando con la tamborita de fondo. Engalanando la velada con sus versos, estuvo el poeta y declamador Marcos Yabeta Villarroel, con sentimiento profundo interpretó un poema de su autoría, escrito en honor al fundador de nuestro departamento.
“Quijotesco soñador, visionario como nadie
Sin miedo a su propia muerte, freno en seco al invasor
Tendido dejó a Gamarra en los campos de Ingavi
En una épica contienda que con coraje luchó”
Fragmento del Poema al Gran Jose Ballivian
A través de sus letras, Yabeta, hace un recorrido desde la épica batalla de Ingavi y el heroísmo escrito en sangre, hasta las circunstancias que motivan el Decreto que crea el departamento beniano, memoria histórica que, tristemente, pocas personas conocen.
Antes del 18 de noviembre de 1842, las condiciones que marcaban la vida, dentro de los límites que hoy reconocemos como parte de nuestro territorio, eran dolorosas; la libertad, y el trato digno, eran utopías de las que mantenían privados a los pueblos del gran Mojos. En circunstancias similares a la esclavitud, hombres y mujeres de estas tierras carecían de derechos y reconocimiento, Ballivian no pudo tolerar dicha situación y por ello tomó la decisión de brindarles algo por lo que ya se había luchado: libertad, naciendo así el Beni, con sus tres primeras provincias.
La emoción se mantuvo a flor de piel durante toda la declamación, recibiendo el poeta una ovación del público al verbalizar la última línea del poema.
El cierre, fue lleno de magnetismo y sincretismo, pues se hizo presente el ballet de la Casa de la Cultura, con dos alegres moperitas, y un imponente torito ataviado completamente de negro, el color hechicero, los rítmicos y vigorosos movimientos del danzarín, hipnotizaron a los espectadores.